El Pequeño mundo de Helen Buckley

El niño pequeño de Helen Buckley.

Análisis:

El niño pequeño de Helen Buckley nos relata la triste realidad que se vive en muchas escuelas hoy en día. Muchos de los educadores en la actualidad siguen con ese chip del pasado, de “yo soy el profesor y yo soy el que manda”, no se dan cuenta que los más afectados terminan siendo los niños, es lamentable seguir viendo esto en las aulas, a pesar de que los tiempos “han cambiado” en muchos ámbitos, esas situaciones aún faltan por extinguirse completamente. Cabe recalcar que si nos adentramos a épocas pasadas se visualiza una notable disminución de “profesores autoritarios”. Necesitamos erradicar ese autoritarismo en las aulas.

Los niños tienen una capacidad inimaginable, ni los adultos nos damos cuenta de la gran capacidad, creatividad, inteligencia, iniciativa, entre muchas otras habilidades que estos poseen. La escuela, el kínder, son el lugar adecuado para que los niños den su primer paso para desarrollar sus habilidades. Como parte de nuestro trabajo docente debemos apoyarlos, darles ánimo, inculcarles valores, escucharlos, hacerles reflexionar, cuidarlos, enseñarles, y por último, pero no menos importante, aprender de ellos.

Volviendo un poco al tema del vídeo, llama mucha la atención el nombre del primer centro educativo (kínder bilingüe con wifi) y algunas de las actividades que se realizan ahí (Ipad room, jazz, ajedréz, cálculo, esgrima, danza acuática, computación); da a conocer la dificultad y lo sofisticada que es, da hincapié a pensar y analizar que posiblemente influya en la forma de enseñanza de sus profesores, de su profesor en este caso. Y es que durante décadas se ha pensado que una buena formación estudiantil se da donde hay un profesor estricto (autoritario y poco permisivo en este caso). Con total certeza niego lo anterior, no se necesita un profesor extremadamente estricto para aprender, ni una escuela de primer mundo para ser el mejor estudiante. Si observamos un poco al profesor podemos darnos cuenta de que no les da el espacio ni la libertad que necesitan los niños para empezar a explotar sus habilidades y creatividad, es un freno para el cerebro de los pequeños. Entre otras observaciones hacia el profesor, podemos ver que su método de enseñanza no es para nada el mejor, es el típico método de “realicen después de mí”, “hagan lo que yo les digo”… Si bien esto es válido en la escuela y el colegio donde esto es totalmente necesario para un buen rendimiento académico, no lo es tanto en preescolar, y no digo que se les de 100% de libertad a los chicos para que hagan lo que les de la gana, porque sí se necesita un control para que todo marche bien, pero reitero, en esa etapa de sus vidas necesitan cierta libertad para hacer volar su imaginación.

Observando la otra cara de la moneda, la segunda institución (Jardín de Niños) y su hermoso lema (La Felicidad Es Lo Primero) podemos ver de entrada que es un centro educativo diferente al primero, y así lo es, porque hacen honor a su lema, la felicidad es realmente lo primero para los niños en ese lugar, les permiten desarrollar su creatividad y es justo lo que ellos necesitan. Ahora hablando un poco de su dulce profesora, es notable la increíble relación que entabla con los chicos, todos de niño queremos una profesora así, tan dulce, amable, permisiva, positiva, carismática… Un profesor(a) así, es fundamental para el desenvolvimiento y seguridad en los niños, es increíble la influencia que estos tienen en sus vidas, tanto así que llegan a convertirse en su 2do padre/madre, es por eso necesario un total conocimiento de los estímulos y deseos de los pequeños.

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