El Periquillo Sarniento
Enviado por • 22 de Octubre de 2012 • 2.771 Palabras (12 Páginas) • 1.166 Visitas
Tema: El periquillo sarniento
Consignas:
1) Elabore un breve texto atendiendo a las principales características de la picaresca. En especial, la construcción de su personaje, el lenguaje o registro, el público lector al que está destinado.
La novela picaresca no nos habla de una vida teñida de portentos, heroísmos, hazañas, sino más bien de la rutina monótona de cada día, las dificultades de los momentos y los sucesos, y la inesquivable incomodidad de la ciudad de la gente donde habita y de las gentes que trata con sus aristas y manías. Esta nació como parodia de las narraciones idealizadoras del Renacimiento, las epopeyas, los libros de caballerías, la novela muy sentimental o la novela pastoril.
El pícaro descubre el vivir desde dentro, pero compartiendo la permanente influencia de otras vidas sobre la propia. Y en las otras vidas no son precisamente ni los santos ni los héroes los que más abundan. Esto es lo que se exagera en dichas novelas: el delito, la aventura, los viajes sin fin, o las preocupaciones moralistas; el pícaro pareciera no estimar la vida terrenal.
Este género tiene como personaje central al pícaro de muy bajo rango social o estamento y descendiente de padres sin honor abiertamente marginados o delincuentes. La obra versará en torno a una vida vulgar, en los que no se van a encontrar arranques de heroísmo o de santidad, el protagonista siempre se encontrará sujeto a su noluntad, gran rasgo del pícaro. Este es el carácter que lo define y lo diferencia en contraste con los demás personajes literarios, tanto españoles como europeos. Es un vagabundo, un hombre que se lanza al sol y al aire de los caminos, dispuesto a buscarse en la revuelta de los mismos la contingencia que lo sostenga sobre esta tierra, en resumen se perfila como un antihéroe: el contrapunto al ideal caballeresco.
La forma consagrada de narración que adopta la novela picara es la falsa autobiografía: el personaje habla en primera persona y narra su ascendencia, su educación, sus primeros pasos, el fluir de su vida, condicionada constantemente por el medio hostil. Lo que da consistencia a la novela es la circunstancia del pícaro de ser vivido todo por el mismo personaje. Es decir, el pícaro aparece desde una doble perspectiva: como autor y como actor. Como autor se sitúa en un tiempo presente que mira hacia su pasado y narra una acción cuyo desenlace conoce de antemano.
Aunque el pícaro intenta mejorar su vida, fracasa siempre y siempre será un pícaro. Por ello las cosas y los sucesos no tienen concatenación alguna, son puros azares, como la vida. Esto hace que la estructura de la novela tenga pocos esquemas preconcebidos, quizás muchos capítulos podrían ser suprimidos sin que la economía total sufriera. Pero lo notable es que de todos los episodios se desprende una evidente actitud moralizadora; pareciera que el personaje diera cuenta del conjunto de estos episodios para apoyarse en la larga experiencia (suele hablar ya viejo), cuando se ve de vuelta de las cosas y las gentes. Se puede ver una filosofía de tipo practicista, que no expone cuidadosamente ni detalladamente, sino que se desprende de la actitud general ante los hechos: la sociedad es criticada en todos sus estratos.
En lo referente al público lector para el cual la picaresca está dirigida, es básicamente el pueblo analfabeto: como lo demuestra el registro local que asumen los personajes, facilitando de este modo su verosimilitud.
2) A partir de los fragmentos de la obra de Fernández de Lizardi, cómo aparece caracterizada la sociedad en relación con el derecho a la justicia y al bienestar.
El autor sitúa la obra durante los últimos años de la Colonia, lo que duró la guerra de Independencia y los primeros del México independiente, aproximadamente, por los años de 1771 a 1773 en el país de México, capital de la América Septentrional, en la Nueva-España. En una época donde la mayoría de la población era analfabeta y caracterizada por una rígida organización y distinción de las clases sociales: la nobleza, el clero y la iglesia, teniendo esta última mucho poder.
La nobleza estaba perfectamente consciente de la importancia de mantener las apariencias, ante su constante obsesión de ser percibidos como auténticos hidalgos. Las normas y valores nobiliarios les servían para regir su actuación, ya fuera en calidad de seres públicos o privados.
La alta nobleza y el alto clero ostentaban la supremacía social y política, al intervenir ampliamente en el ejercicio del poder virreinal, gozando de un tácito monopolio sobre los cargos públicos más importantes. En cuanto al clero, éste tenía derechos con claros beneficios económicos ya que estaba exento de embargo de bienes y encarcelamiento por deudas. En todo caso, el mayor interés para los miembros de las instituciones eclesiásticas era disfrutar del fuero o jurisdicción especial.
Además, la iglesia ejercía como instrumento de control: sometía el pensamiento y la obra educativa a las reglas de conducta sancionadas por ella misma. En principio, buscaba el perfeccionamiento de la moral y las costumbres —por ejemplo, a través de la indumentaria como signo visible de respeto moral y de la filiación jerarquizada de la sociedad estamental—, así como la educación religiosa mediante la predicación, la catequesis y la defensa de la doctrina católica frente a los ataques reformadores.
En el periquillo se plasma una crítica a las instituciones, y se aplican los valores morales de la clase rica. Esta novela sigue los modelos neoclásicos en los que la intensión de la literatura es ser útil a la sociedad, reformar el poder político y educar al pueblo ignorante, culpa a la iglesia de la ignorancia del pueblo, se manifestaban en contra de la superstición y el fanatismo, porque a Lizardi, como escritor ilustrado, le preocupaban la independencia, la reforma del estado eclesiástico y la libertad de imprenta.
3) A partir de los fragmentos de la obra de Fernández de Lizardi, comente la construcción de espacios –instituciones públicas o ámbitos privados – en los que suceden las acciones de los personajes.
Un enfoque sobre el hospital según la mirada de Michel Foucault referidos a la medicina (Foucault, 1979), lo identifica como un instrumento de supervisión por parte de la profesión médica sobre el conjunto de la profesión urbana. Esta forma de intervención se generaliza a partir del siglo XVIII y es cuando se inicia un movimiento del significado social del hospital: de centro de confinamiento, asilo o castigo, se intenta convertirlo en institución terapéutica. En el periquillo los hospitales operaban como instrumentos de caridad y expiación de culpas, pero no se debe olvidar que su función primaria era de contribuir al orden
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