El Sombrero Magico
Enviado por Crlos • 22 de Septiembre de 2012 • 357 Palabras (2 Páginas) • 697 Visitas
El cuento comienza cuando Pedro, el hijo de unos labradores, decide irse a conocer el mundo, su madre antes de partir le regala un sombrero de paja y le dice que no debe quitárselo a menos que por ello peligre su cabeza. Al llegar al pueblo se encuentra con la celebración de la coronación del rey, al pasar todos se quitan el sombrero y hacen una referencia, todos excepto Pedro. Cuando el rey se da cuenta le ordena que se quite el sombrero porque era obligatorio que en su presencia todos llevaran la cabeza descubierta y lo amenaza con cortarle la cabeza si no se quitaba el sombrero, pero cada vez que lo hacia otro sombrero le salía. […] a sus cuentos preocupaciones “adultas” – políticas y culturales – resulta en obras que no son solo para niños […] en “Los cuentos infantiles de Rosario Ferre, o la fantasía emancipadora” de Margarite Fernández Olmos . El rey ordena que se lo lleven al calabozo del palacio y al cabo de unos días ordena verlo para explicarle cuán importante era que los súbditos tuvieran la cabeza descubierta en su presencia ya que si la tenían cubierta el no podía ser rey y dar órdenes, el llorando se quitaba un sombrero tras otro pero siempre le salía uno nuevo, el rey enojado ordena que le corten la cabeza. Pedro caminaba quitándose cada sombrero de paja y como siempre otro le salía, hasta que comenzó a hacerlo con ira y soberbia; ahora los sombreros le salían de distintas formas, ya no eran de paja si no sombreros cada vez más lujosos, duros y relucientes, hasta que llega a las escaleras del patíbulo, en vez de salirle otro sombrero le sale la corona del rey. Pedro le entrega la corona al rey y el le ordena a los guardias que le corten la cabeza a todos ya que ninguno tenia la cabeza descubierta, pero los guardias se dan cuenta que el no puede darle ordenes ya que aunque el rey tuviera la corona puesta, todos llevaban sombreros puestos; desde ese momento Pedro entendió la relación entre los sombreros y el poder.
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