El abandono en la polvareda de Vicente Leñero

El abandono en la polvareda de Vicente Leñero

El abandono no solo se produce por una ausencia física. El abandono más común es aquel donde deja de existir una autenticidad emocional, ahí donde aparece el desinterés, la apatía y la frialdad. La percepción de este vacío no tiene edad, es algo que todo niño va a percibir y que, por supuesto, llega a devastar a cualquier adulto.

Formas de manifestación del sentimiento de abandono

1. Comportamiento adictivo (dependencia emocional): Las personas que temen el abandono suelen exhibir un comportamiento adictivo en las interacciones sociales, a veces incluso con sus seres queridos. Esto obliga a estas personas a ocupar roles subordinados ante los demás.
2. Aplanamiento emocional: A pesar de las apariencias, se inicia un patrón de comportamiento basado en el aplanamiento emocional y la depresión cuando el sujeto cree constantemente que quienes lo rodean no ven ningún valor en él.
3. Ideas delirantes: Este tipo de pensamientos se derivan de pensamientos irracionales que los humanos se encargan de alimentar. Por ejemplo, si pienso que mi pareja eventualmente vendrá a mí, también empiezo a crear una escena e imaginar en detalle cómo sucederá.
4. Pensamientos exagerados: La segunda forma más común de expresar el miedo al abandono es llevar las creencias al extremo. Los sujetos que experimentan el abandono creen que cuando la otra persona no demuestra constantemente sus sentimientos por él, es porque no lo ama en absoluto.
5. Repetir patrones de conducta: El sentimiento de abandono muchas veces viene desde la infancia y está motivado por la falta de educación emocional en las primeras etapas del desarrollo del niño. Por lo general, este patrón se transmite de generación en generación. En otras palabras, los padres abandonados criaron a sus hijos de la misma manera sin mostrar mucho amor, ya sea porque sintieron que también serían abandonados o para hacerlos "más fuertes" hacia sus hijos. Un mundo hostil.
6. Sumisión: El miedo al abandono puede llevar a una actitud sumisa en una persona, especialmente si va acompañado de un fuerte apego emocional a otra persona. En este caso, el sujeto es capaz de suplir sus necesidades para mantener el negocio deseado. Las personas sumisas pueden incluso pasar por un proceso de regresión y ansiedad, reteniendo sus creencias y principios para complacer a los demás porque quieren preservar su sociedad.

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