El callejón de los milagros o... ¿el callejón de las desgracias?

Amberly Carolina Sandoval Santiago A01651629

El callejón de los milagros o… ¿el callejón de las desgracias?

El callejón de los milagros (1995) fue una película dirigida por el célebre director mexicano, Jorge Fons; protagonizada por Ernesto Gómez Cruz, Salma Hayek, Margarita Sanz y Bruno Bichir; y guionizada por Vicente Leñero. Este filme entrelaza la vida de los habitantes del Callejón de los Milagros contando la historia de cuatro de ellos por separado. Primero aparece la historia de Rutilio, quien al principio pareciera ser el típico mexicano machista, pero luego de coquetear con un muchacho joven nos damos cuenta de que en realidad es bisexual.  Después de él sigue Almita, la chica bonita del vecindario con la que todos los hombres sueñan, y Abel, un joven barbero, no fue la excepción. Estaba tan enamorado de ella que decidió irse a los Estados Unidos solo para ganar dinero para su boda. Brutal fue su sorpresa cuando regresó y Almita ya estaba dentro de una red de prostitución. Hasta el momento, mi respuesta más lógica del por qué Almita abandonó a Abel y se prostituyó fue porque no se sentía suficiente para él o porque imaginó que su vida con Abel no la sacaría de su pobreza. Por último pero no por eso menos importante, tenemos a Susanita, la típica señora solterona medio adinerada, que después de un sueño revelador decidió que era hora de buscar a un hombre para casarse, y que mejor que con Güicho, el joven de las manos pegajosas.

Este filme logra transmitir de una forma aterradora e inquietante la realidad de la cultura mexicana. A pesar de que ya pasaron 25 años desde que se estrenó esta película, todos los estereotipos mexicanos que se muestran siguen vigentes. Por ejemplo: el machismo, Rutilio es un machista misógino que menosprecia a las mujeres; los robos, Güicho no pierde la oportunidad de robarle a Susanita, una persona de confianza; los inmigrantes, como Chava y Abel, yéndose a Estados Unidos para buscar una mejor vida; la homofobia, insultos humillativos hacia los homosexuales; y la prostitución, Almita volviéndose una mujer de la vida galante. La escena que más me cautivó fue en la que Chava golpea al amante de su padre. El cuerpo desnudo del muchacho combinado con la sangre y un Rutilio gritando por ayuda le dio un toque perturbador a la película, y en mi opinión, representó la violencia bestial que se vive actualmente en México.

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