“El fin de un mundo” Reflexión escrita

Por: Juan José Herrera

“El fin de un mundo” Reflexión escrita

El texto “El fin de un mundo” de Manuel Castells nos muestra como el covid-19 ha generado de una u otra manera el fin de una era, el mundo tal y como lo conocíamos no volverá a ser el mismo después de la pandemia, y no por el hecho de lo que ha generado el Sars-2 alrededor del planeta (cierre de fronteras, empresas, escuelas, cuarentenas, parálisis de las economías), si no, porque ha dejado en evidencia muchos de los flagelos que los países sufren dentro de su sociedad. La incapacidad de los políticos en la toma decisiones contundentes para mitigar los impactos humanos a costa de los beneficios económicos, es uno de los tantos que quedo expuesto ante el ojo público.

El mundo que no estaba preparado para este virus, y muestra algunas de sus peores facetas en los tiempos de crisis. ¿Qué tanto vale una vida humana? es una de las preguntas que nos quedan después de leer este texto, es imposible dar una respuesta a esta pregunta, siquiera existen instrumentos para calcular el valor humano. Por ello de las cenizas de este mundo, debemos reconstruir una sociedad en donde lo primordial sea el bienestar humano, por encima de los beneficios económicos. La siguiente generación debe de estar consiente de todos los retos éticos a los que se va a enfrentar, y se debe preparar mediante una educacion moral que los enriquezca en valores, como aquella propuesta por la compañía de Jesús, en donde se incita a aportar con dones y demás virtudes que posee cada ser humano, en la construcción de un mundo mejor, comprometiéndose no solo con la humanidad, si no también con el planeta y consigo mismo.

La reparación de este mundo debe llevarse en el marco de las 4Cs: la conciencia, competencia, comprensión y compasión, sin estas cualidades, es imposible corregir los errores que se han cometido durante la pandemia. Es necesario que un político sea consciente de sus actos, y tome decisiones que aporten al bien común de la sociedad, sobre todo en una como la colombiana, en donde la transparencia de los políticos es casi nula y no disciernen la necesidad de ayudar a los más vulnerables; al igual que un médico haga un trabajo competente y ponga sus habilidades al servicio de los demás, no por el contrario, usarlas de manera egoísta cobrando en exceso o no atendiendo a alguien debido a su situación económica, como suele suceder con las EPS en Colombia. Finalmente debemos ser compasivos en nuestro día a día, ponernos en los zapatos del otro, tratando de intervenir en situaciones de injusticia, y aportando en la resolución de estas dejando ser espectadores, para convertirnos en actores del cambio.

Cada crisis es también una oportunidad y quizás la epidemia actual ayude a darse cuenta lo que representa la dispersión global: es posible que de las cenizas resurja un nuevo orden mundial, de la ruina que deje el retroceso de la actividad economía y social, pueden surgir modelos de organización que le den prioridad a la solución de los inconvenientes éticos antes que al crecimiento económico.

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