El hombre virtuoso
Enviado por valen0298 • 21 de Septiembre de 2015 • Documentos de Investigación • 380 Palabras (2 Páginas) • 937 Visitas
EL HOMBRE VIRTUOSO.
Desde la antigüedad el ser humano siempre se ha visto influenciado por las exigencias éticas y morales de la sociedad, motivo por el cual siempre ha buscado actuar de manera que cumpla con estas exigencias y he aquí una de las principales características que debe tener el hombre en su actuar y quehacer diario, la virtud, ya que nos adentra al fascinante mundo de los principios y valores, y le permite al hombre adquirir la capacidad y la habilidad para enfrentarse a situaciones difíciles y cambiarlas a su favor, además de servirle como una herramienta para saber cómo alcanzar sus metas planteadas, como lograr el éxito y así poder alcanzar el fin último de todo ser humano, la felicidad.
Se piensa que al hablar de un hombre o una mujer virtuosa, se está expresando que realiza acciones o que tiene comportamientos que se consideran buenos, y estas acciones o comportamientos tienen un carácter vigoroso, sólido, seguro, donde no ha sido la casualidad lo que le ha llevado a ese comportamiento, sino algo previsible, cimentado en comportamientos anteriores. Es por ello que se considera que la virtud no es una cualidad que nace con el hombre sino que se va adquiriendo y aprendiendo a medida que transcurre el tiempo, a medida que el hombre aprende a distinguir entre lo correcto e incorrecto, a medida en que el hombre maneja una buena conducta y un buen actuar, es ahí donde se puede distinguir la virtud de una persona, que además es esencial y clave para la vida en sociedad.
Para dar como terminado es válido concluir que el ser humano, requiere ser virtuoso, debido a que es una cualidad que lo guía y lo conduce por buenos caminos, que le permite tener un equilibrio con las demás personas y que es fuente de éxito, ya que ha de convertirse en la habilidad que conlleva al ser humano al triunfo y por ende a cosechar y a cultivar eso que tanto se añora y que pocos creen llegar a alcanzar, la felicidad, es por eso que “un hombre sin virtud no puede morar mucho tiempo en la adversidad, ni tampoco en la felicidad; pero el hombre virtuoso descansa en la virtud, y el hombre sabio la ambiciona”.
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