El medico de los brujos

EL MEDICO DE LOS BRUJOS

Un sábado de mañana fría puesto que había llovido toda la noche, en la plazoleta del pueblo se encuentran dos viejos amigos.

• Que hay compa quiterio lo veo aburrido como si buscara algo ¿Qué fue lo que paso? Que anda usted tan bravo como el guaitoto.
• Ey compa Tiburcio, caramba la vida hay cosas en el mundo que son cual mentira, toy buscando al diablo de diojanocito, ese vividor ese incutrino, hoy le doy su coca y lo dejo frito.
• Pero que paso con ese, yo si escuche rumores de diajanocito que él vivía de la estafa, pero usted sabe cómo son los chismes en este pueblo

¡chisme! nada de chisme déjeme contarle, usted sabe que yo trabajo la minería en puereto cuando me llego razón de mi tío Nicasio que bajara rápido pal pueblo que ese tal diajanocito había hecho diastrura en mi casa yo cogí mi champa y baje apurado yo que llego y ya me van contando las diastrura que hizo el con mi mama, venia subiendo ese caretaza y por el aguacero se metió en mi casa, y oyendo que ella estaba medio mala le pidió permiso disque pa’ examinala  que el disque venía siguiendo el oficio y a varias personas le había hecho servicio, entro y fue saliendo asustado, ay cristiano, barujo todito asustado disque era brujo que le habían metido a mamá cousauciòn, pero que ninguno tuviera pensión que él había llegado y que era su oficio y que era el cuquito pa’ los maleficios, que había curado como a treinta gente sin ningún problema que él ya tenía experiencia, “pregunten por mí de tanando para bajo y vera las referencias buenas que de mi dan por allá”.

Luego de haberle dicho esto para que confiara en él, le abrió la boca para verle el galillo y dijo que tenía disque un armadillo, que ella disque tenía que vivir en paruma, y comer bastante de cosa baluma como el aguacate, paco, chontaduro con atrancagato, rellena y maduro, con chere curado y con chicharrón, con yuca gorpiada y cardo de bocón.

Después que esas cosas le hacia jartar llamaba la gente para empezar a tocar, bum bum bum pa un lado con con con po el otro, como una palanca sonando en el potro le sonaba el buche, entonces venia ese tal doctor a hacer un poco de reguerto con coma de bogoche le untaba en el cuerpo  la prima anoche, también mejorana orosu y albaca ey pol Dios mi gente cosa tan bellaca, mas luego le daba disque bebedizo de la verdolaga con el altamizo gallinaza mora y otro poco de cosas y otro poco de mil también toronjil con la celidonia concha de jelenè y un poquito de yoro para poder librar las tripas ese gran conchudo, usted lo viera como es que le hacía baño de ese poco de reguerto según para cúrala eso cojia hierva de todas la zoteas hasta el tabaco fumaba disque pa ver mejoría.

Ocho días tuvo ese mentado doctor y nos arruino, ey en esos días se volvió huevero se los aventaba más que fueran güero seis al desayuno en torta o perico o treinta pampada o su queso y pico, el pico era siempre un dentón fritao que venía luego con plátano asao, para almorzar el solo comía gallina y para la merienda era cosa fina, cuentan que una tarde llego tío Nicasio y el cuándo lo vio se salió despacio por la paliadera y salió corriendo, cogió su piragua y se fue desapareciendo y el viejo chapiando a toda carrera dijo que mi madre tenía era artera de ese poco de cosas que ese hombre le dio y con un purgante na más la curo, fíjese pues mano si tengo razón de tener esta infundía en el corazón, ese sin vergüenza todo lo acabo ni cinco en chumbe a nadie quedo, no hay ni una plumita en el gallinero ni una alajita hay en el cofrero, esa hicion me tiene muy bravo y aquí donde me ve vengo de  donde el indio Jacinto  para que le echara una maldición.

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