El signo Texto expositivo.

SIGNO

Carlos Escobar

Lingüística general

Universidad Nacional de Colombia

Umberto Eco

Barcelona, 1988.

Texto expositivo.

Argumenta las diferentes modalidades de los sistemas de signos en un ejemplo, donde al personaje principal le suceden una serie de casos cotidianos, asimismo, muestra (siguiendo el ejemplo) cómo los códigos tienen gran importancia sobre nosotros como humanos que pertenecemos a cualquier sociedad. Del mismo modo, expresa, sin extremada exaltación, la importancia del estudio de la semiótica para la comprensión de la comunicación y la significación.

Capítulos I y II extraídos del libro Signo

Para el primer capítulo se argumenta el caso del Sr Sigma, que en un viaje a París siente una molestia en el vientre. Desde aquí se empieza a resaltarse la importancia de la codificación de signos para que haya una fácil transmisión del mensaje. El Sr. Sigma debe buscar una palabra que pueda expresar su dolor y hacer que el médico pueda entenderle. Este mismo personaje deberá ahora adaptarse al sistema de signos que hay presente para realizar la cita. Habrá reglas interpretativas del ambiente, que le guiarán hacia el lugar donde él pueda realizar la llamada. En este acto de realizar la llamada, el Sr. Sigma deberá interpretar que este sistema le da la instrucción para poner la ficha que corresponde. Finalmente, deberá descodificar el mensaje de “vía libre” que le ha llegado, dado que este es distinto del que suele escuchar. Al llamar también habrá una serie de códigos de los cuales, el personaje deberá atender.

Al llegar la hora de hablar, Sigma debe hacer una rápida traducción. Pasar de un código a otro^[1]. Cuando se concreta la hora y lugar se está usando un sistema de signos de uso universal, que es el reloj; en torno al lugar, podemos decir que las direcciones son una especie de signos que hacen referencia a una posición precisa.

Al momento de tomar el taxi, la importancia de la significación no se queda atrás. Los signos que le comunicará al taxista, la manera en como este los interpreta, las señales en la vía, etc. Además, está también la acción de tomar el ascensor. El sistema da las instrucciones para que la persona al tomarlo sepa para qué sirve cada signo, sea el de ubicar las puertas, abrir o cerrarlas, qué botón presionar para dirigirse al piso requerido…

Cuando ya el sr. Sigma se encuentra con el doctor, este debe buscar una frase que describa su dolor y que le permita al médico saber a qué se está refiriendo. Después de intercambio de palabras, el doctor procede con el protocolo médico, que es la revisión palpable al paciente. El doctor hace una comparación de lo que su paciente le argumentó con lo que él toca. El médico deberá corroborar que los signos transmitidos del sr sean coherentes, ya que este puede traducir mal.

Después, el doctor revisa sus manos y se percata de unas manchas rojas. Al notarlo, se da cuenta de que este es un mal signo. Resalta la sentencia de que el exceso de la bebida le está afectando la salud a su paciente a partir de la sintomatología que él ha estudiado.

Ya teniendo conocimiento por parte de un profesional en la salud de qué es lo que le afecta, el sr Sigma tendrá su propio sistema de ideas, que se manifiesta como una organización de valores o contenidos^[2].

La idea principal que Eco nos plantea en este primer capítulo hace referencia a cómo nosotros, como seres humanos de cualquier sociedad, nos vemos obligados a entrar en un sistema de signos.

Es de aclarar que los signos no se emplean específicamente en las ciudades, también en lugares como el campo, donde, sin necesidad de haber tantas señalizaciones, puede haber un sistema de signos que satisfagan lo primordial.

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