Ensayo El Coronel No Tiene Quien Le Escriba

El nobel de literatura Gabriel García Márquez fue uno de los representantes de la literatura colombiana a nivel mundial, el escritor de obras como “Del amor y otros demonios”, “El amor en tiempos del cólera”, “Cien años de soledad” acompañado de muchas obras más y el libro que elegí como referente a la literatura del nobel “El coronel no tiene quien le escriba”. Elegí este texto porque contiene la descripción casi mágica como es costumbre en el autor, del lugar, las personas, los hechos… un lugar que se desarrolla entre la realidad inminente de un país tan rico como desdichado, en el conflicto de aquellas personas que mueren esperando que algún día les regresen un poquito de lo que le entregaron al país, El coronel no tiene quien le escriba es una historia publicada en 1961 y que sigue vigente porque la realidad de nuestro país aún no ha superado la corrupción y negligencia de los dirigentes que elegimos año tras año, y aunque queramos cambiarlo nos estrellamos con que ya todo estaba arreglado, esta es la historia de un país que pese a las adversidades y la mierda (palabra con la que culmina el relato nuestro autor) que lo rodea todos los días no pierde nunca la esperanza de que una mañana desde aquella lancha llegue la carta que le va a devolver la paz a él a su esposa y al gallo de pelea, último recuerdo de su hijo Agustín.

Para empezar quisiera hacer un esbozo acerca de la etnografía literaria, para luego adentrarme en el relato que hace Gabriel García Márquez en el texto que elegí para realizar este ensayo.

La etnografía es una investigación a profundidad a partir de un trabajo de campo intensivo, la persona que interviene cierta población para llevar a cabo un trabajo explicativo, descriptivo, innovador de x o y lugar, debe posteriormente trasladar toda la información recogida a través de sus observaciones y su interacción con la comunidad en los diarios de campo, la etnografía sirve también para poner a prueba teorías e imaginarios. En palabras de Barthes para crear una relación dialéctica entre la literatura y la etnografía, nos dice lo siguiente:

"El autor ejecuta un función; el escribano, una actividad. El autor tiene una cierta función sacerdotal; el escribano tiene que ver algo con el clérigo medieval. Para el autor, 'escribir' es un verbo intransitivo: 'es alguien que transforma de manera radical el por qué de las cosas en un cómo escribir'. Para el escribano, en cambio, 'escribir' es un verbo transitivo: escribe algo. 'Plantea una meta (para evidenciar, explicar, instruir) para la que el lenguaje es sólo un medio; para él el lenguaje sostiene una praxis, no la constituye... lo restituye a su naturaleza de instrumento de comunicación, de vehículo de pensamiento". (Barthes en Geertz, 1988:28-29)

En este caso hablaríamos de una etnografía literaria porque es necesario transmitir al lector de una manera concisa y atractiva las experiencias vividas y recogidas a través del tiempo que haya durado la investigación, describir los lugares, las personas, las practicas llevadas a cabo en el lugar para dar cuenta de un tipo de realidad que es el objetivo particular de cada investigador y desde ese objetivo elige la manera a describir el fenómeno que intervino. Gabriel García Márquez parte de una descripción de un pueblo sin nombre, pero por no tener nombre no deja de ser una extraordinaria descripción del lugar y las personas que lo habitan, cuando me refiero a ‘descripción extraordinaria’ lo digo porque no fue necesario que fuera minuciosa la descripción en ese aspecto, porque con algunos detalles relevantes logró darnos a conocer el pueblo y el lugar donde posteriormente se desarrollarían todas las acciones que nos suscitan

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