Era una tarde normal en un jardín situado en un pueblo lejano
Enviado por Jesusbaezamb • 18 de Octubre de 2017 • Ensayo • 492 Palabras (2 Páginas) • 61 Visitas
Nombre de la escuela (preparatoria): CECYTE
Materia: LEOYE
Nombre del alumno: Jesus Leonardo Baeza Muñiz
Nombre del maestro: Javier Solís Ayala Ayala
Grado y grupo: Primer semestre 1° A
Nombre del trabajo: El relato
Fecha: 11 de Septiembre del 2017.
El algodonero
Era una tarde normal en un jardín situado en un pueblo lejano a la capital que todos los días se ponía un vendedor de algodones de azúcar que los niños e incluso hasta los más viejos le compraban.
El tal vendedor tenía un secreto sobre la elaboración de sus algodones que la gente decía y rumoreaba; que cada vez que una persona le daba una mordida y se comía sus dichosos algodones sentía una rara sensación de cambiar sobre su forma de ser y les concedía una manera inmediata de ser bondadosa y gentil con todas las personas a su alrededor. Nadie conocía información sobre él, solo sabían que cada mañana estaba puntual con su carrito de sus deliciosas nubes de sabores. De una de tantas platicas le habían comentado sobre una pandilla que estaba atemorizando el pueblo por sus fechorías como asaltar, grafitiar, robar, etc. Eh incluso la policía no hacia nada por falta de personal, así que el decidió ir al barrio donde se juntaba la pandilla, no se llevó ninguna arma para defenderse solo su carrito de algodones y su valentía. El jefe de la pandilla decidido se le acercó e inmediatamente lo asalto llevándose todo su dinero de sus ganancias, el vendedor callado pero no atemorizado le ofreció un algodón de azúcar al no ver otra opción el tipo malvado se lo arrebato y riéndose le dio una gran mordida, en ese momento el corazón frio y amargo del tipo se convirtió en un corazón cálido y dulce, tomó varios algodones y los repartió a toda su pandilla y automáticamente uno por uno empezaron a arrepentirse sobre todas las cosas que habían cometido así que inmediatamente cada uno les pidió disculpas a las personas que les hicieron tanto daño y finalmente se entregaron a la policía.
Todos habían aplaudido el heroísmo y valentía del vendedor al enfrentarse a tal circunstancia. Le habían preguntado como hizo para convencerlos para que ya no hicieran tantas fechorías y que ellos mismos se entregaran a la policía, así que el contesto ¨no hice absolutamente nada, todo fue gracias a los algodones¨. En realidad no había una fórmula secreta en sus algodones, sino en realidad se trataba de un rumor que el mismo creo diciendo que cada persona tiene la capacidad de cambiar si uno mismo se lo proponía.
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