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Estilo Y Corrección


Enviado por   •  7 de Noviembre de 2012  •  410 Palabras (2 Páginas)  •  536 Visitas

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El incendio

Casualmente fui yo testigo siniestro del horroroso presencial, que ayer a las doce de la noche ocurrió en la calle de San Marcos, esquina con la hotaleza perturbada y aunque tengo la cabeza sensible, voy a dar a ustedes una ligera noticia de la catástrofe.

Cuando yo me retiraba de café de san Luis, vi que salía mucho humo de una vieja casa y observé hasta que a mis narices llegaba fuerte olor a maderas quemadas.

Antes que comenzasen a funcionar las bombas, ya se habían desmayado cuatro y cuando el primer bombero llegó al techo del segundo piso, ya se había agrietado. Pero como al que madruga dios le ayuda, este fue recompensado después por los vecinos de la casa, en vista de los meritos que había hecho.

Cuando puse la fachada en mi vista noté que desde un balcón abierto de par en par, un vecino en calzoncillos daba gritos desgarradores.

Señores, ¡Socorro! exclamaba el pobre con un gorro blanco en la cabeza ¡que hay fuego en la casa!

El hombre quería tirarse de cabeza a la calle municipal, más no lo hizo y viendo que no podía salir por la puerta porque un balcón pudo agarrándole de un modo brusco, separarle del pescuezo.

Desde el año de la revolución existe en la casa de comestibles que suele estar llena de bebidas, según me contaron vecinas espirituosas muy amables que presenciaron, una acreditada en el voraz elemento, una iba como apoderándose del edificio septiembre, el portal de enfrente.

Los estampidos se mezclaban con los gritos de miedo de los vecinos al revenar el tendedero lleno, ante la perdida de tantos litros de alcohol se tiraba delante de los guardias una hilera de pelos; y si no de los seguros y se salto una a la tienda, fue porque tenia la tapa garantizada por una compañía del cuerpo de seguridad de sesos mutuos.

Cuyos infames años, desgarraban las vocecitas de el alma de una inocente criatura que estaba encerrada en una guardilla de tres padres, al propio tiempo (según me dijo el comisario del distrito), habían ido a comerse patatas con un bistec.

En tres horas y media la casa quedo reducida a un montón de pavesas no habiendo podido el tendero salvar ni un grano de arroz.

Cuando las burras lanzaban sus rayos de leche del día y el astro recorría las calles retirándose ya las bombas, y las campanas cesando las lenguas de bronce en el triste movimiento de sus autoridades.

Todo Había terminado.

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