Estilo nostálgico
Enviado por dddjuanca • 22 de Noviembre de 2011 • Monografía • 2.107 Palabras (9 Páginas) • 347 Visitas
DEspedida
Bueno… generalmente uno empieza un discurso de esta magnitud recordando algunas historias de estilo nostálgico, como nuestros primeros pasos en este colegio, o cómo cada grupo de este quinto se gestó, pero no. Eso sería recordar todo como si hubiese finalizado en un pasado lejano, cuando todavía lo estamos viviendo, cuando todavía lo estamos respirando, cuando todavía podemos darnos el lujo de entregarnos al momento; por más corto que sea. Porque hoy, 28 de Noviembre de 2008, estamos todos reunidos acá porque ya hicimos algo; ya como si hubiésemos llegado al tope, y es que terminamos el año 2008, último año en el que este colegio nos supo y sabe contenernos. Y si bien ya terminamos este ciclo lectivo (aun que sea simbólicamente ya que al menos mi división tiene que venir la semana), la realidad es que para bien o para mal este tiempo de colegio secundario se volvió una parte de nosotros, una parte que cargaremos con nosotros mismos por el resto de nuestras propias vidas, ya que muchos estarán de acuerdo en que fue una experiencia sumamente enriquecedora, nos tomó a cada uno como un bloque de mármol a medio esculpir; las buenas y malas experiencias, las memorables y las rutinarias, nos empezaron a erosionar, a forjar como somos hoy en día, a formarnos como personas, esculpidos como para formar parte de una colección artística de lujo, de un museo, ya que a cada uno de nosotros que pisamos primer año en 2004 no es mucho sin lo que las personas que nos rodean nos aportaron. Y sí, estamos hablando de todas aquellas personas que se mantienen siempre al lado de uno, dispuestos a ayudar, a proveer de todo lo necesario para nuestro bienestar, nuestros padres, aquellas personas que si bien a veces efectuaban una vigilancia excesiva, lo hacían pura y exclusivamente por su preocupación hacia nosotros. Es por estas personas que hoy estamos acá, ya que ellos decidieron que nuestro bienestar estaría entre estas paredes. Ellos, quienes nos observaron crecer desde que pesábamos mas o menos… 3 kilos, desde siempre observaron todas nuestras acciones; las ejemplares y las “macanas”, y aún así están dispuestos a cortar su tiempo de placer por nosotros, aún así están dispuestos a demostrar orgullo por lo que somos.
Ahora sí, pasando a cómo fue que empezamos nuestras historias en este Instituto… muchos coincidirían en que fue algo así como una experiencia agridulce. Para empezar estaba la sensación contrastante de sentirse los más “pekes”, los más nenes de entre todo el colegio después de haber sido los “capos”, los campeones, los que se sabían todas en aquel pasado séptimo grado.
Entonces dentro de cada curso empezó la sensación de unidad fragmentada, de prácticamente tribu; cada una con sus propias costumbres, tradiciones, dichos e historia. En ese mismo momento los nuevos éramos integrados, aunque a veces con dificultad, a las tribus que ya de por sí existían en el primario, dando partida a las amistades “de fierro”, aquellas amistades que empezamos en este secundario y que difícilmente se rompieron a lo largo de estos 5 años de una convivencia que fue aparente al principio, forzosa luego, y espectacular después-
Mientras tanto, los profesores trataban a uno como un nene, te mimaban o te retaban dentro del mundo nuevo del secundario del que nadie sabía mucho con frases como el infaltable “en mis tiempos las cosas no eran así”, “saquen una hoja”, “la juventud está arruinada” o la negativa a la típica “profe puedo ir al baño?”, sin embargo otros profesores supieron lucirse por darnos una recibida en este ciclo, poniendo lo mejor de sí mismo como profesor y como persona. Después de ese turbulento inicio, empiezan las fechas estimadas para cuando termina quinto año, se piensa en el número 2008 y se convierte en una meta casi imposible.
Después la verdad el tiempo se pasa volando, pasa segundo año sin muchas dificultades y empiezan las fiestas de 15, las amistades se van consolidando, ya uno puede sentirse parte del colegio sin sentirse extremadamente inferior, uno va entendiendo como funciona.
Es de esa manera pasa el secundario, nunca está en mente el pensamiento de que algún día va a acabar, o que de ser así las cosas serían “mucho más simples”, porque total uno “estaría estudiando lo que querría”. Mientras tanto, las amistades se van haciendo cada vez más grosas y ahí sí que se ve difícil la supervivencia de unos sin otros, ya que al madurar las amistades se van haciendo más duras, uno poco a poco se va dando cuenta de las virtudes y defectos de cada uno, y las clases a medida que pasa el tiempo se tornan más complejas, más rutinarias, como si pareciese que estábamos en medio de una espiral cuyo único sentido eran los amigos, la diversión, para algunos el aprendizaje constante que se hacía todo el tiempo. Es durante el secundario que los padres se dan cuenta de que sus hijos no son meramente unos nenes, sino que ya están madurando y creciendo como personas, de la mano de sus amigos más cercanos y de la familia, viendo cómo paso a paso los nenes se van transformando en adolescentes dignos de orgullo.
Y en realidad, el primer concepto del secundario que se sintió es la de una buena experiencia que uno puede soportar buena parte del tiempo y que puede seguir así digamos, indefinidamente en el tiempo. Pero que eso que sentíamos era una oscilación entre la realidad y la fantasía, la realidad del día a día en el aula con sus clases, chistes, exámenes y risas, con la fantasía que supone soñar con el futuro que nos esperaría cuando abandonemos este secundario que parecía una historia sin fin.
Entonces se acercaba el calor de cuarto año, momento en el que las tribus de aquel primer año habían desaparecido parcialmente, para dar lugar a una unión más abarcativa, es en cuarto cuando unos cuantos empezamos a pensar en el viaje de egresados, en la fiesta con tu curso que te dio tantas risas y disgustos, momento en el que ya todos teníamos personalidades bien definidas, muchos eran reconocidos en el colegio por sus logros, por sus amigos, en definitiva en cuarto año ya la reputación estaba antes de uno mismo. Ya uno tenía bien definido quiénes eran aquellas
...