Etica Tomado del libro “Quién es el hombre?
Enviado por Owatson • 29 de Septiembre de 2014 • Tesis • 348 Palabras (2 Páginas) • 219 Visitas
LA ÉTICA
Tomado del libro “Quién es el hombre? de Leonardo Polo, Capítulo VI
1. La economía y la ética: algunas consecuencias
Los economistas tienen preferencias, como las tiene el médico, y creen saber lo que es bueno para la gente. Parece que es mejor que una persona corra menos riesgo de cáncer; por lo tanto es preferible que no fume. Pero eso lo dice el médico en virtud de un ideal de vida, sin el cual su propia ciencia carece de justificación. Es preferible vivir una vida sana. También el economista puede sostener que es bueno que ciertos objetivos sociales se cumplan, por lo cual ciertas asignaciones de recursos no son correctas. Pero entonces está aplicando un criterio no exactamente extraeconómico, sino que trasciende los límites de la ciencia económica, cuya justificación queda en suspenso sin él. Esta carencia de justificación inmanente comporta la subordinación de una ciencia a otra. La subordinación no anula la autonomía dentro de sus propios límites de la ciencia subordinada.
La moral siempre aparece. Es artificial refugiarse en la neutralidad ética de la propia ciencia, detenerse en unos límites que el hombre debe rebasar. El economista puede — y debe — hacer juicios éticos; la economía no puede (como tampoco la medicina o la arquitectura), precisamente por su autonomía. Por ello mismo, la neutralidad axiológica de las ciencias que estudian el funcionamiento de la sociedad pone de manifiesto que están subordinadas a la valoración ética. La subordinación remite a la autonomía, la requiere, porque la ciencia subordinante pone alternativas.
La valoración ética es imprescindible. En la aplicación práctica del saber, la última palabra la tiene la ética. Aunque las ciencias sociales o humanas, que, por sus límites, se distinguen de la ética, posean cierta autonomía (que reside en su misma limitación), esas ciencias estudian leyes de alternativas, y deben por tanto remitirse a la ética. Pues tales ciencias no ponen la alternativa: quien la pone es el ser humano. La ética tiene la última palabra porque la alternativa es lo peculiar del tiempo social. Si no fuera así, no habría ningún criterio para la asignación de recursos,
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