Examen De Historia
Enviado por profelupe2 • 17 de Junio de 2013 • 1.115 Palabras (5 Páginas) • 354 Visitas
“Que se solemnice el día 16 de septiembre, todos los años, como el día Aniversario en que se levantó la Voz de la Independencia, y nuestra Santa Libertad comenzó, pues en ese día fue en el que se abrieron los labios de la Nación para reclamar sus derechos y empuñó la Espada para ser oída: recordando siempre el mérito del grande Héroe el Señor Don Miguel Hidalgo y su compañero Don Ignacio Allende”.
José María Morelos y Pavón. Artículo 23 de los Sentimientos de la Nación
Es un privilegio, el poder saludar desde este estrado a nuestras autoridades civiles: al Sr. Delegado Municipal así como al Presidente del Comisariado Ejidal, a nuestras autoridades educativas quienes son responsables de dirigir atinadamente cada uno de los planteles educativos de esta comunidad, a los compañeros maestros que laboran en cada uno de ellos. Pero sobre todo es un placer poder saludar a las señoras y señores padres de familia, que dignamente están representados en esta presídium, con el mismo gusto saludo a los alumnos de los distintos planteles educativos.
Decía el maestro Jesús Reyes Heroles: “La libertad para los pueblos es llama vivificante que no solamente los conserva dentro de la más alta dignidad social, sino que los hace vivir como hombres, en la mayor extensión de la palabra”.
En la vida de las naciones, suelen ocurrir sucesos que deben ser recordados. Hace doscientos dos años en el pueblo de Dolores Hidalgo comenzó la lucha por nuestra libertad, una búsqueda de nuestra identidad como nación, la lucha por nuestra independencia, la emancipación de los mexicanos del dominio español, gracias al esfuerzo de ilustres ciudadanos que con su sangre, sus talentos y fatigas rompieron la cadena de tres siglos y han dado existencia a un pueblo heroico, dejando a la posteridad su gloria, su nombre y sus ejemplos.
De las cuatro grandes etapas de la guerra de Independencia: iniciación, organización, resistencia y consumación, la primera es sin duda obra de la inteligencia y pasión del caudillo más representativo, Don Miguel Hidalgo, el “cura ilustrado”, fruto de ese grandioso movimiento espiritual que despertaba aspiraciones libertarias e impulsos de rebelión política e intelectual.
Como representante destacado de lo que podemos llamar la “Ilustración Mexicana”, había forjado su espíritu enciclopédico y revolucionario en la lectura de los libros y el contacto con la realidad social de su pueblo, víctima de un sistema de prohibiciones y de explotación.
Que mejor oportunidad que el inicio de esta justa heroica para reflexionar sobre esta etapa de nuestro devenir histórico, eternamente memorable, origen y raíz de la nación mexicana en la que convergen los signos fundamentales de nuestra identidad.
1810 marca el inicio de la gesta de una nación en busca de su destino. Don Miguel Hidalgo arengaba la conciencia de la conspiración contra un dominio colonial que ahondo las desigualdades.
Los españoles que hacia 1808 representaban una minoría de la población mexicana, ocupaban, refiere Lucas Alaman: casi todos los principales empleos de la administración, la iglesia, la magistratura y el ejército. Ejercían exclusivamente el comercio y eran dueños de grandes caudales y de toda clase de fincas y propiedades.
Humbolt observaba como el oro y la plata que se extraía del subsuelo nacional daban la vuelta al mundo, mientras que indígenas descalzos, hambrientos y sumisos, amalgamaban los minerales que enriquecían a la corona española, las tierras mal divididas se concentraban en unas cuantas manos criollas, así como las maderas preciosas, los frutos y los animales.
La
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