Federalismo

Más de treinta años después de la entrada en vigor

de nuestra Constitución, el debate sobre la organización

territorial del Estado español sigue estando

en el centro de las más enconadas disputas

políticas. A diario, intelectuales y políticos de todo signo esgrimen

y enfrentan posturas y pareceres sobre un contexto jurídico

e institucional cuya relativa indefinición ha dado pie, en cuanto

a su desarrollo, a un marco competencial heterogéneo

sin que, por el momento, se haya alcanzando un consenso

que garantice, con la debida exactitud, hacia

dónde vamos y qué es lo que pretendemos alcanzar.

En este proceso de determinación y cierre de un modelo

de convivencia todavía en construcción, el federalismo,

como opción de distribución competencial,

ocupa un lugar preponderante en el ideario político

de quienes, desde el progresismo y la izquierda, reclaman

una profundización en el significado territorial

de los valores que dan consistencia al edificio

de la democracia: libertad, igualdad y solidaridad.

Sin un reconocimiento institucional expreso de esa

realidad plural, que es España, y sin una articulación

fraternal y libre de los poderes públicos en torno a

esta idea, el edificio del Estado Social y Democrático

de Derecho que entre todos hemos

ayudado a levantar, seguirá

adoleciendo de fragilidades que

dificultarán la consecución de la estabilidad

política que necesitamos para encarar el futuro

con optimismo.

Una estabilidad política que ha encontrado

un importante asidero en el texto constitucional

aprobado en 1978. Un texto que, rompiendo

el tradicional breve recorrido de las

Constituciones que le precedieron, ha contribuido

a asentar la democracia y el reconocimiento

de las nacionalidades y regiones

que integran el Estado español, permitiendo

así la apertura de un debate que, en otros

momentos de nuestra historia, no disfrutó

del tiempo imprescindible para su maduración.

Un tiempo precioso y necesario del que

ahora sí disponen nuestros ciudadanos para, desde la libertad y

en libertad, valorar las diferentes soluciones que respecto a la

cuestión territorial se barajan, ponderando ventajas e inconvenientes,

y pudiendo apostar por un federalismo que, esta vez sí,

ha dejado de ser una lejana ensoñación para traducirse en una

provechosa y potencialmente factible realidad.

En este sentido, es de destacar la Declaración que, de forma

conjunta, y bajo el título “Construyendo la España Federal”,

realizó, en el 30 aniversario de nuestra Constitución, un nutrido

grupo de

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