Formas De Morir Pero De Sobrevivir Tambien

A veces no falta la persona que se refiera al campo con cierto indiferencia y de suerte que fuera algo inferior a la ciudad. Sin embargo, el campo es algo maravilloso y nos permite estar con la naturaleza, respirar aire fresco, deleitarnos con el agua pura de las cascadas, con los árboles, con el césped, con los pájaros, etc. , etc.

Ensayo sobre el campo y el campesino

Pero el campo no sólo nos permite esto. Es decir, no solo nos permite la contemplación y la tranquilidad, no solo nos permite respirar un aire puro, sin la contaminación de las grandes cidades, sino que hay más: el campo nos permite alimentarnos, nos brinda sustento.

¿Qué sería de los grandes señores y señoras de ciudad que tienen enormes ínfulas de plata, placer y prestigio si no tuvieran alimentación? De cierto morirían. El campo no es inferior. La labor del campesino no es inferior.

Los que menosprecian a alguién solo porque proviene del campo también deberían menospreciar el alimento porque también proviene del campo. No deberían comer papas, no deberían beber leche, no deberían provar huevos, ni carne, ni tampoco ponerse ropa pues esta, en gran parte, proviene de la lana de las ovejas. Posiblemente tampoco se deberían poner zapatos, pues estos también provienen del cuero se semovientes de las veredas, del campo, de las villas.

Y la madera ¿no viene tampoco del campo?

En cambio las ciudades ¿qué ofrecen? Es verdad, allí se encuentra el dinero y la tecnología. PERO EL DINERO NO SE PUEDE COMER, Y LA TECNOLOGÍA TAMPOCO. Uno puede vivir sin tecnología, pero no sin alimento. Es verdad que el dinero compra el alimento, pero eso es sólo un sofisma de distracción que oculta algo de mayor peso. Una realidad económica en la que los poderosos se valen del dinero.

Pero ¿que sucedería si los hombres de campo no cultivasen más? ¿Que pasaría si no quieran vender más sus alimentos? Ellos con alimentos viven, nosotros con dinero no.

Debemos reflexionar esto para apreciar no sólo el campo, sino la labor agrícola, el acto de cultivar, y la labor del campesino.

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