GUÍA PARA ESTRUCTURAR EL PLAN DEL DIAGNÓSTICO
Enviado por avicamsanchez • 17 de Mayo de 2018 • Apuntes • 4.241 Palabras (17 Páginas) • 223 Visitas
GUÍA PARA ESTRUCTURAR EL PLAN DEL DIAGNÓSTICO
(ELEMENTOS BÁSICOS)
- EL PROBLEMA DE SU PRÁCTICA DOCENTE SOBRE EL CUAL PLANTEA HACER SU INTERVENCIÓN EDUCATIVA
LAS PREGUNTAS CLAVE QUE GUIAN LA ELABORACIÓN DE SU DIAGNÓSTICO. (Éstas deberán permitirle ir en busca de información para describir y explicar con mayor profundidad el problema de su práctica docente)
Es conveniente recordar que del planteamiento del problema, de las preguntas que ha generado y de la consideración de ámbitos, sujetos y procesos se obtiene la claridad de tipo de diagnóstico:
Le pedimos que considere el o los ámbitos en donde se ubica su problemática: áulico, escolar, comunitario.
SUJETOS: estos son quienes intervienen en el problema, docente, alumnos, padres de familia, entre otros, y pueden proporcionarle la información que requiere.
PROCESOS: qué procesos ocurren o están implicados en su problema, por ejemplo de enseñanza, de aprendizaje, de comprensión, etc.
El proceso de adquisición de la lengua escrita por parte de los estudiantes que conforman el primer grado, grupo “A” de la escuela primaria matutina “Guelaguetza”, ubicada en la colonia Siete Regiones de esta ciudad, (situada en un contexto urbano-marginal), ha sido favorecido a través de la implementación de la propuesta metodológica enmarcada en el Programa Nacional Para El Fortalecimiento De La Lectura Y La Escritura (PRONALEES), puesto que ésta responde al proceso natural por el que atraviesa el niño cuando construye su aprendizaje, aunado a que no busca la eficiencia mecánica de la lectura, sino lo que persigue, es el logro de la comprensión lectora y de esta manera, el desarrollo de un pensamiento lógico, el desarrollo de múltiples posibilidades de expresión oral y escrita y el desarrollo de una comunicación útil y funcional.
El grupo de primer grado ingresó a la escuela primaria con diversas asimilaciones sobre la lengua escrita, conformándose así como un grupo heterogéneo en el cual ha jugado un papel importante la evaluación como elemento esencial del proceso de enseñanza y aprendizaje y también como evidencia de los momentos evolutivos que han construido sus conocimientos.
La evaluación diagnóstica realizada a los estudiantes permitió conocer el nivel de conceptualización que poseían acerca de la lengua escrita, arrojando en escritura un resultado con predominio del nivel pre-silábico, en el cual, los escolares no relacionaban los textos con los aspectos sonoros del habla; y en lectura se registró una incidencia en el nivel número dos, en donde los niños asignaban un significado a los textos y la interpretación que hacían de los mismos consideraba las propiedades cuantitativas de dichos textos, sin embargo, no correspondían a la imagen que se había mostrado.
A ocho meses de que los niños y niñas iniciaron su proceso de alfabetización y después de evaluar periódicamente su aprendizaje para reconocer las fortalezas y debilidades de su proceso de adquisición de la lengua escrita y haber rediseñado e implementado estrategias que de manera constante reforzaran sus conocimientos, en la evaluación realizada durante el mes de marzo, correspondiente al tercer bimestre del ciclo escolar, se obtuvo un perfil grupal de 12 estudiantes de un total de 15 en un nivel alfabético de escritura, en donde relacionan a cada grafía de su escritura con un fonema de la palabra en cuestión. Y el mismo número de niños se situaron en el nivel tres de lectura en el cual, al leer los textos, consideraron sus propiedades cualitativas, es decir, reconocieron e integraron las letras que componen las palabras del texto.
El proceso de asimilación de la lengua escrita por el que han atravesado los niños y niñas durante este periodo, ha permitido que paulatinamente se apropien de las características del sistema de escritura y se consideren estudiantes alfabetizados puesto que han desarrollado habilidades para comunicarse eficazmente de manera escrita así como descifrar, integrar, interactuar y comprender el contenido de los textos que leen y principalmente de los que escuchan. Sin embargo, al evaluar su lectura y escucharlos leer detenidamente a cada uno, noté que algunos de ellos no dan la entonación adecuada a las palabras, cambian, omiten y/o agregan letras o palabras dentro del texto, no respetan los signos de puntuación e incluso algunos leyeron de manera robotizada silabeando sin pausa alguna el texto completo, esta situación me orilló a plantearme diversas interrogantes tratando de encontrar la razón que la origina, puesto que en las evaluaciones anteriores no lo había detectado. Cabe mencionar que éstas presentan una dificultad gradual que va desde la lectura de palabras, en seguida lectura de oraciones y finalmente la lectura de un párrafo, siendo éste el ejercicio que reveló la necesidad de fortalecer y perfeccionar la lectura en voz alta que practican y realizan mis estudiantes, dado que, precisamente la modalidad de lectura en voz alta que practico de manera constante dentro del aula, es la que más disfrutan y la que en las actividades cotidianas me permite reconocer que los niños y niñas comprenden el contenido del texto, se mantienen atentos esperando confirmar las predicciones que hicieron sobre su contenido y manifiestan en sus expresiones faciales y corporales que imaginan lo que están escuchando. Pero, ¿por qué la lectura que ellos practican y realizan en voz alta no es fluida ni respeta signos de puntuación? ¿Cómo puedo favorecer la fluidez, la entonación y la pronunciación en su lectura en voz alta? ¿Qué otros beneficios traería a su aprendizaje el saber y/o poder leer en voz alta de manera correcta?
2.- CARACTERIZACIÓN DE DIAGNÓSTICO PEDAGÓGICO
El diagnóstico Pedagógico: trata de seguir todo un proceso de investigación para analizar el origen, desarrollo y perspectiva de los conflictos, dificultades o contrariedades importantes que se dan en la práctica docente. (ARIAS, 1991, p. 71)
MARCO EPISTEMOLÍGOCO, PRAGMÁTICO Y RELACIONAL DE LA SITUACION EDUCATIVA A INTERVENIR
Era el mes de agosto del año 2017 cuando en una reunión de consejo técnico instalada un día antes de las inscripciones para iniciar el ciclo escolar 2017 – 2018, me fue asignado el grupo de primero “A” para desempeñar mis labores docentes, en ese momento no sabía exactamente qué sentir ni qué pensar, me encontraba en medio de dos situaciones que eran una extremo de otra. Por un lado, me emocionaba la idea de trabajar con los niños pequeños, me sentía deseosa de recibirlos y me invadían tantas ideas para enseñarles a leer y a escribir; pero por otro, me abrumaba la amenaza latente de los reajustes administrativos que se rumoraban fuertemente y que ponían en peligro la permanencia dentro de la escuela de cualquiera de las dos maestras asignadas para primer grado, pues en el registro de preinscripción habían solamente 31 niños y con ellos se conformarían dos grupos de 15 alumnitos, sin poder cubrir la estadística mínima de 25 estudiantes.
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