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Guia Falacias Argumentativas


Enviado por   •  19 de Abril de 2012  •  1.421 Palabras (6 Páginas)  •  1.595 Visitas

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ARGUMENTACIÓN: FALACIAS Y RECURSOS PERSUASIVOS

El texto argumentativo pretende defender una opinión y persuadir de ella a un receptor, aportando pruebas y razonamientos.

Para lograr su propósito, el texto argumentativo adopta una estructura particular y utiliza distintos tipos de argumentación.

1. Estructura

En todo texto argumentativo hay dos elementos fundamentales: la tesis y el cuerpo argumentativo. Aunque cada texto tiene su propia organización y estructura, la retórica clásica distinguía cuatro partes en todo texto argumentativo bien construido:

• Introducción: Debe servir para enmarcar el problema que se debate. En ella se presenta una serie de ideas generales, se formula la tesis, se enumeran los temas que se tratarán y se capta la atención del destinatario (señalando la importancia del tema, presentando hechos sorprendentes y curiosos, narrando un hecho particular, etc.).

• Exposición / datos (premisas o datos de los que se parte): Se informa al destinatario de los hechos significativos relacionados con la idea o tesis que se pretende defender.

• Argumentación: Se presentan las pruebas o los argumentos pertinentes para la comprobación de la tesis. A veces exposición y argumentación se presentan fundidos, es decir, se exponen hechos o ideas y argumentos.

• Conclusión: Se resumen las ideas fundamentales que se han desarrollado.

2. Tipos de argumentación

a) Argumentación sobre los hechos o argumentación lógica: Se basa en los principios lógicos del razonamiento, como, por ejemplo, el empleo de silogismos. Observa lo siguiente:

a. “Todo lo que comenzó en un momento determinado tuvo una causa”.

b. “El Universo comenzó en un momento determinado”.

c. “Por lo tanto, el Universo tuvo una causa”.

El silogismo se estructura sobre la base de dos premisas (a y b), que necesariamente derivan en una conclusión (c).

Este tipo de argumentación es lógica porque la conclusión se deduce o infiere de los antecedentes o premisas.

b) Argumentación afectiva o persuasiva: Se pretende convencer, provocando determinadas reacciones emocionales: simpatía, pena, admiración, temor, etc.

“Señores, no es el valor del producto lo que importa, sino que me estarán ayudando a comprar los medicamentos para mi hijo”.

En este caso el vendedor reemplaza los recursos lógicos propios de una venta, como aludir a la conveniencia del precio o la calidad y en su lugar recurre a la afectividad, pidiendo ayuda para su hijo enfermo.

c) Falacias: Se llaman así los argumentos no válidos o incorrectos.

“Si Dios se me apareciera en persona, eso probaría que existe. Pero Dios jamás se me ha

aparecido, de manera que yo sé que no existe”.

Entre las falacias más comunes destacan:

1. Contra el hombre (ad hominem):

En vez de contestar los argumentos, se ataca a la persona que los expone.

“Los ecologistas afirman que el vertido nuclear en el mar es una acción de elevado riesgo para la humanidad. Sin embargo, no hay que estar tan preocupado por ello, ya que los ecologistas tienen ideas demasiado pesimistas sobre el futuro”.

"Usted no puede afirmar que mi acción es inmoral porque ha estado en la cárcel".

"¿Paco dice que las condiciones de trabajo son peligrosas? ¡Qué va a decir ese, si es un comunista!"

"¿Y tú me dices que beber es malo? ¡Si son las ocho de la mañana y ya estás como una cuba!"

2. Apelar a los sentimientos del destinatario (ad populum):

Se trata de apelar a los sentimientos del auditorio más que presentar datos, pruebas y argumentos racionales. Es propia de los demagogos.

“¿Quieres una ciudad segura, donde puedas salir sin peligro por las noches? ¿Quieres poner fin al constante aumento de los impuestos urbanos? Vota...”

Estas falacias pueden recibir otros nombres según el sentimiento que se quiera despertar. Por ejemplo, si la falacia intenta despertar pena, se llama “ad misericordiam”.

3. Apelación a la autoridad (ad verecundiam): Se recurre al sentimiento de respeto o de autoridad. es una falacia lógica y un móvil retórico propio de la refutatio del discurso, e implica refutar un argumento o una afirmación de una persona aludiendo al prestigio de la persona opuesta que sustenta el argumento contrario y el descaro del que se atreve a discutirlo, en lugar de considerar al argumento por sí mismo. Como tal es lo que vulgarmente se denomina una descalificación, ya que pretende menguar la categoría de un argumento mediante la apelación a la escasa formación o prestigio de quien lo sostiene en comparación con el de su oponente. Ejemplo:

"Pero tiene que ser verdad. Lo ha dicho la tele".

Por ejemplo, en anuncios que emplean a un famoso para decir que tal producto es el mejor.

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