Había una vez una pareja llamada los Cretinos. La señora y el señor Cretino eran malos entre ellos

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Había una vez una pareja llamada los Cretinos. La señora y el señor Cretino eran malos entre ellos.

La señora Cretino no era fea antes, pero al pasar los años se iba poniendo más y más fea. La señora Cretino siempre llevaba un bastón. Decía que tenía una verruga en el pie izquierdo y que le dolía al andar. Pero la verdad es que lo llevaba para golpear cosas, perros, gatos y niños y además tenía un ojo de cristal que siempre miraba al otro lado.

El señor Cretino tenía una barba larga y sucia, porque cuando comía se le caía todo tipo de comida como por ejemplo queso con gusanos, una cola de pescado, palomitas, etcétera.

A la señora y señor Cretino les encantaba hacerse bromas pesadas. Competían por quién le hacía la broma más pesada al otro. Todo partió cuando la señora Cretino puso sin querer su ojo de cristal en el jarro de cerveza del señor Cretino. Él saltó del susto porque cuando estaba tomando cerveza, desde el fondo del jarro, vio un ojo que lo miraba fijamente.

  Desarrollo

La señora y señor  Cretino seguían haciéndose bromas pesadas. Como venganza a lo del ojo en la cerveza, el señor Cretino le puso una rana en la cama de la señora Cretino mientras que la señora Cretino no estaba en la casa.

Después de un rato, llegó la señora Cretino en la noche y se acostó.  De repente la señora Cretino sintió una cosa babosa y fría. Saltó de la cama y gritó. Luego, se dio cuenta que fue el señor Cretino.

La señora Cretino se enojó y quiso hacerle una broma al señor Cretino. Sacó una pala y sacó gusanos y los puso en los tallarines y los mezcló. Llego el señor Cretino a almorzar y los probó dijo que estaba viscoso y que comprara los tallarines que compraba siempre. La señora Cretino le dijo después que terminara su plato que su comida tenía gusanos y que por eso no eran  muy ricos.

Después de la broma de los gusanos, el señor Cretino hizo creer a la señora Cretino que se estaba encogiendo y que su cabeza se iba a encoger en el cuerpo y su cuerpo en las piernas y sus piernas en los pies hasta que solo se vieran las zapatillas, porque el señor Cretino le ponía al bastón un pedazo de madera haciendo que el bastón se viera alto y ella más baja.

El señor Cretino mataba pájaros para comérselos en un pastel. A un árbol viejo le ponía un pegamento ultra

pegajoso. Los pájaros se paraban y se quedaban pegados en él.

El señor y señora Cretino trabajaban antiguamente en el circo de monos y el señor Cretino se quedó con cuatro monos para seguir teniendo la ilusión de volver a trabajar en un circo. Los monos eran una familia de dos monitos y un mono llamado Chimpa y su señora, que vivían en una jaula,  trataban de decirles a los pájaros  que no se pararan en el árbol, pero no los entendían.

Desenlace

Después de un día llegó un pájaro llamado pájaro Gordinflón que hablaba el idioma de los pájaros que se paraban en el árbol con pegamento. El pájaro Gordinflón les decía a los pájaros que no se pararan en el árbol, porque o si no iban a terminar en un pastel de pájaros y comidos por los señores Cretino. Los pájaros le hicieron caso a Gordinflón y se fueron a parar en la jaula de los monos.

Al rato llegó el señor Cretino a buscar los pájaros pegados en el árbol para convertirlos en pastel. Cuando llegó vio que todos los pájaros estaban parados en la jaula de los monos. Después de ver eso, el señor Cretino le puso pegamento a la jaula de los monos para que los pájaros quedaran pegados ahí también.Llegó nuevamente el pájaro Gordinflón al jardín de los Cretinos, donde estaba la jaula de los monos y los monos le dijeron al Gordinflón que le dijera a los pájaros que no se pararan en la jaula, porque también tenía pegamento. Entonces, el pájaro Gordinflón les dio el recado a los demás pájaros y éstos hicieron caso y se fueron a parar al techo de los Cretinos.

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