Hermoso Despertar

Hermoso despertar

Santiago se durmió muy tarde esa noche. Estaba muy enojado con sus papás porque siempre le quieren ordenar lo que tiene que hacer, aunque muchas veces no vaya con sus deseos.

Al despertar, Santiago siente que algo diferente está pasando. La casa se encuentra tranquila. Ni siquiera escucha los ruidos que suele hacer su hermanita menor por la mañana. Se levanta, se viste y va a la cocina, al baño, a la sala y no hay nadie. En ese momento piensa: que bien, así puedo salir sin permiso y hacer todo lo que a mí me gusta, ¡que día más feliz! Sale a la calle, entra al mercado y todo está solo, no hay una sola persona.

Lo primero que llama su atención es una dulcería. Se emociona y corre a agarrar lo que más puede. Hmm… ¡qué rico! Que bueno que no está mamá así podré comer todo lo que quiera sin que me advierta las consecuencias. Si no hay ningún adulto, puedo ir al parque y pasearme en los juegos que más me gustan sin pagar y me llevo varios globos y los inflo hasta que se revienten, ¡Qué divertido!

En el camino ve una tienda de juguetes y no duda en entrar, toma sus juguetes preferidos y se pone a jugar sin importarle el tiempo. Pero ¿Cuál tiempo? Nadie lo controla, está muy feliz.

Santiago se siente cansado y regresa a la casa, pero no ha llegado nadie. Tiene hambre y se le antoja una torta sabrosa que sabe hacer su mamá. Pero como no está en casa no hay comida. Santiago se pone a revisar los rincones de cada habitación, juega con la grabadora, pinta con sus lápices de color en las paredes, hace música con objetos…hace aquello que más le gusta y que sus papás siempre se lo impedían hacer.

Después de un rato se empieza a aburrir, las cosas que estaba haciendo ya no le parecen tan divertidas como cuando se las prohibían. Ahora, más bien empieza a sentir miedo: todo está tranquilo, no se oye ni una risa.

Vuelve a salir de la casa para buscar como divertirse, encuentra una pelota, pero no hay con quien jugar. Las calles se ven abandonadas. _Vamos a ver_ dice Santiago_ veré si puedo echar a andar este bonito carro, siempre fue mi sueño, que mi mamá me dejara manejar_. Se sube al auto, agarra el volante y prende el carro, Santiago se ríe y acelera y acelera y acelera… de repente ve un árbol, se va acercando con mucha velocidad. _ ¿Dónde están los frenos?_ grita Santiago desesperadamente y de pronto oye el ruido del choque, siente como los huesos en su cuerpo empiezan a bailar… y se despierta. Escucha a su hermana que lo está sacudiendo _Santiago, Santiago, ya levántate, ya es tarde, tenemos que ir a la escuela.

_ ¡Qué bueno que todo fue un sueño, que no estoy solo! Ahora entiendo porqué mis papás me prohíben todas esas cosas, quieren lo mejor para mí… Santiago se siente feliz y brinca en la cama exclamando ¡Qué hermoso despertar!!

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