Héroes A Través De La Historia De La Litaratura

Carlos Roa. 31/1/12. 9°C.

Héroes a través de la historia:

El concepto del héroe es un concepto recurrente en la literatura tanto Clásica (la de la Antigua Grecia) como en la Europea Medieval. Ahora, es importante reconocer que las características y sucesos propios de cada época dan al héroe cualidades diferentes, por lo que el concepto de héroe para los antiguos griegos difiere mucho del de los Europeos medievales. Para identificar estas diferencias, se compararán y contrastarán dos obras propias de cada época: “Las Aventuras de Ulises” (adaptación de “La Odisea” de Homero hecha por Rosemary Sutfcliff) para representar la Época Antigua, y “Tristán e Isolda” (en adaptación de Joseph Bédier) para representar la Edad Media.

Primero que todo, se deben comparar los periodos históricos en el que ambas obras fueron escritas, ya que da rasgos definitorios a los héroes en ambos casos. Por un lado, tenemos a “La Odisea” de Homero, la cual fue escrita en el siglo VIII A.C en Grecia; que en ese momento se encontraba en su momento de mayor apogeo cultural en un periodo llamado la Época Clásica. Como buen recuento de su época, esta historia nos narra el retorno a casa de Ulises, quien había sido un héroe de la Guerra de Troya (siglo VIII A.C aproximadamente); la cual se narra en la obra anterior a “La Odisea”; “La Ilíada”, que también fue escrita por Homero. Ahora, es importante saber que después de dicha guerra, los griegos (en especial los Espartanos), pasaron de ser una cultura meramente comercial a una cultura guerrera, a pesar de que tras la caída de Troya en manos griegas, el comercio floreciera en ciudades como Atenas. Lo que más repercute en la concepción de un héroe de lo que se explicó anteriormente, es el desarrollo de una cultura guerrera, en la cual sólo los guerreros más hábiles y fieros en el campo de batalla eran destacados y casi idolatrados por esto. Este desarrollo vio su cúspide en la Batalla de las Termopilas, en las que 300 Espartanos frenaron el avance del ejército persa (que tenía medio millón de soldados), sellando su legado como perfectas máquinas asesinas.

Por otro lado, la obra “Tristán e Isolda” transcurre durante la Edad Media en las Islas Británicas. Al ubicarse en ese lugar, se sabe que los orígenes de esta historia son de una leyenda celta (pueblo que habitaba en Gales, Escocia, e Irlanda mayormente) . Debido a esto, muestra rasgos característicos de dicha cultura (como la creencia en la magia o en seres mitológicos como los dragones), pero al ser posteriormente cristianizada durante las Cruzadas (1099-1253 aproximadamente), se incluyen elementos cristianos como la veneración a santos u otros aspectos religiosos. Ahora, es también importante recordar que durante la Edad Media (S.V-S-XV D.C aproximadamente) surgió una nueva clase de guerrero que combinaba la fiereza de los guerreros germánicos y celtas con tecnología de armadura y la destreza y organización propias del ejército romano; estos eran los caballeros. Originalmente nacieron como defensores de los señores feudales y de los reyes de Europa, con las Cruzadas (1099-1253 aproximadamente) tomaron un giro más religioso, pues pasaron de ser simples mercenarios a ser los guerreros élite de la Iglesia Católica, además de convertirse en los baluartes de los valores cristianos. Esto se debe a que en esta guerra, tanto cristianos como musulmanes lucharon por el control de la Tierra Santa, por lo que ambos bandos se desarrolló un imaginario de guerra religiosa; y lo que además fomentó el surgimiento de un Código de Honor que diferenciaba a los caballeros de otros guerreros, ya que según este código un caballero luchaba por: “Cristo, el Honor, y la defensa del desvalido”. Este Código de Honor, al igual que la destreza y fiereza de los caballeros europeos se ve reflejada en la obra “Tristán e Isolda”, como se explicará más adelante.

Ahora, una vez explicados los contextos históricos de ambas obras, es importante explicar cuáles eran las características de un héroe y el cómo se manifestaban en cada obra. En el caso de un héroe Clásico, Ulises (el héroe de “Las Aventuras de Ulises”) es un claro ejemplo de las tres características

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