La Moral A Través De La Historia
Enviado por sergio210 • 27 de Septiembre de 2013 • 1.949 Palabras (8 Páginas) • 444 Visitas
La Moral a través de la historia
1. -Aproximación a una definición histórica de la moral
Disciplina que trata de la valoración moral de los actos humanos, además de conjunto de principios y de normas morales que regulan las actividades humanas. Del griego «ethos», el término ética equivale etimológicamente al de moral (del latín «mos, moris»: costumbre, modo de comportarse); sin embargo, el uso parece asignar a este segundo término una connotación teológico-religiosa, atribuyendo al primero otra más filosófica, o bien reserva el de moral para la moral práctica o vivida, mientras que designa con el de ética la reflexión sistemático-filosófica sobre dicha moral.
En definitiva, por moral entendemos el conjunto de normas y reglas de acción destinadas a regular las relaciones de los individuos en una comunidad social dada.
Partiendo de esa definición de moral, el significado, función y validez de esas relaciones, se ven obligadas a variar históricamente en las diferentes sociedades, del mismo modo que unas sociedades suceden a otras, dado el carácter cambiante de la misma vida del hombre.
Con todo esto se puede decir que la moral cambia a través de los tiempos, o, dicho de otra manera, que tenemos diferentes tipos de morales según el momento histórico en que nos encontremos; así se puede hablar de una moral feudal, que se da en la edad media, una moral burguesa en la sociedad moderna, etc. (ver aptdo. La moral en las diferentes sociedades).
La moral es en definitiva un hecho histórico, y por tanto, la ética, como ciencia de la moral, no puede concebirla como algo dado de una vez y para siempre, sino que tiene que considerarla como un aspecto de la realidad humana que cambia con el tiempo; y como tal, la moral se caracteriza por estar haciéndose constantemente, produciéndose de una manera continua a través del tiempo.
La mayor parte de las doctrinas éticas, tratan de explicar la moral en términos absolutos, desentendiéndose en principio de las morales históricas concretas. Pero al olvidarse el carácter histórico de la moral, se cae en concepciones ahistoricas de ella, situándola como fuera de la historia, lo que equivale a decir fuera del hombre.
Este ahistoricismo moral, en el campo de la reflexión ética, sigue tres direcciones fundamentales:
• Dios como origen o fuente de la moral. (atribuyen la procedencia de la moral a Dios, entendido como ser supremo, del que todo emana)
• La naturaleza como origen o fuente de la moral. (esta corriente defiende que la moral no es sino un instinto biológico mas del hombre, entendido en este caso como un ser natural, biológico, en definitiva un animal. En este sentido, Darwin llegó a afirmar que los animales conocen casi todos los sentimientos morales de los hombres, como amor, felicidad, lealtad, etc.
• El hombre como origen y fuente de la moral. Entendiéndose un hombre dotado de una esencia eterna e inmutable, inherente a todos los individuos, cualesquiera que sean las vicisitudes históricas o la situación social. De este modo, la moral permanece y dura a lo largo de los cambios históricos y sociales.
Estas tres concepciones coinciden en buscar el origen de la moral fuera del hombre, o más bien fuera de la dimensión histórica y social de este.
Pero frente a estas concepciones, hay que subrayar el carácter histórico de la moral en virtud del propio carácter histórico - social del hombre; con el conocimiento de que, si bien la moral se da en el hombre desde que este existe como tal, también se desarrolla y cambia con el desarrollo y cambio de las diferentes sociedades.
2. -Orígenes y evolución de la moral
a)Moral de las sociedades primitivas
La moral surge cuando el hombre deja atrás su naturaleza puramente instintiva y forma parte de una colectividad. La moral requiere forzosamente que el hombre se halle en relación con los demás y una conciencia de esa relación, con el fin de poder conducirse de acuerdo con las normas o prescripciones que lo rigen. Pero esta relación hombre - hombre, no puede desvincularse de la relación hombre - medio. Dicha vinculación se expresa, ante todo en el uso y la fabricación de instrumentos, es decir, en el trabajo humano, mediante el cual el hombre crea un puente entre el y la naturaleza, a la que trata de poner a su servicio.
Ante esta nueva situación (el hombre pasa de ser un individuo a ser un ser social), se hace necesario ajustar la conducta de cada miembro a la comunidad, determinándose de esta manera que se considere como bueno o beneficioso todo aquello que contribuye a reforzar la unión o actividad común, y se ve como malo lo que contribuye a debilitar dicha unión. Se establece pues una división entre lo bueno y lo malo, así como una tabla de “deberes” basada en lo que se considera bueno y beneficioso para la comunidad, perfilándose una moral colectivista.
Esta moral colectivista, propia de sociedades primitivas que no conocen la propiedad privada ni la división de clases, es una moral única y valida para todos los miembros de la comunidad, al mismo tiempo que limitada a los límites de la gens o tribu. Todo lo que estuviera fuera de esa gens o tribu, era considerado extraño.
Con todo lo dicho anteriormente, podemos concluir en que la moral de las sociedades primitivas, no existen cualidades morales personales, ya que la moralidad del individuo era propiedad de la tribu, es decir, que la colectividad absorbe la moralidad individual del hombre primitivo.
b) la moral en el mundo antiguo
El aumento de la productividad en el trabajo así como la aparición de nuevas fuerzas de trabajo, propicio que se dispusiera de una cantidad sobrante de productos que podían guardarse porque ya no se requerían para satisfacer necesidades inmediatas. Con ello empezaron s surgir desigualdades, que llevó a la apropiación privada de los bienes o productos del trabajo de otros.
Con la descomposición
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