Imaginario colectivo
Enviado por hanajc • 26 de Noviembre de 2012 • 2.845 Palabras (12 Páginas) • 399 Visitas
Imaginario colectivo
1.- Imaginario
Imaginario, del latín imaginarĭus, es aquello que solo existe en la imaginación. La imaginación, por su parte, es el proceso que permite a un ser humano manipular información generada intrínsecamente (es decir, sin que sean necesarios los estímulos del ambiente) para crear una representación en la mente.
El imaginario social es un concepto de las ciencias sociales que hace referencia a las representaciones de la sociedad que se encarnan en distintas instituciones. El concepto suele utilizarse como sinónimo de cosmovisión o conciencia colectiva, aunque los significados exactos difieren.
Los mundos posibles, aquellos en los cuales se mueven y desenvuelven los sujetos, son configuraciones de las imágenes que la cultura le ha deja do como impronta y la forma como ellos mismos recrean una y otra vez el marcaje de aquella. Nos representamos en el otro, nos identificamos con él, queremos conocerlo, aprehenderlo, robarle su imagen. Así , desde que nacemos asistimos a la comunión que nos produce el contacto con los semejantes a través s de los grupos que conformamos y participamos, ya sean religiosos, políticos, académicos, culturales o familiares.
Entonces, los imaginarios, hacen parte del complejo de representaciones de un sujeto, lo configuran a "imagen y semejanza de su prójimo" o en otros casos a completa desemejanza. Así pues, el registro imaginario está sembrado en la tierra fértil de sus pasiones, de lo primario, de lo lábil, pero es allí, en donde se encuentra precisamente su talón de Aquiles. El mismo registro lo aproxima al prejuicio, a la acción desmedida, al impulso árido del "actúo luego pienso", a la compulsión, es allí donde existe precisamente la ferocidad, la agresividad manifiesta y latente que percibimos en el conflicto. "Las principales ilusiones de lo imaginario son las de totalidad, síntesis, autonomía, dualidad y sobre todo semejanza. De modo que lo imaginario es del orden de las apariencias superficiales que son los fenómenos observables, engañosos, y que ocultan estructuras subyacentes; los afectos son fenómenos de este tipo" (Evans, 1997) Y de esto la cotidianidad contemporánea nos ha dado suficiente ilustración. Imaginario, del latín imaginarius, connota la significación de aparente, ilusorio, pero ésta alusión está lejos de ser algo inocuo, pues sus efectos muchas veces suelen ser devastadores. La ferocidad se desata, el run-run circula y las dinámicas generadas son inestables. La opinión, lejos de inscribirse en un ejercicio reflexivo es un efecto de pega que masifica los públicos. Las certidumbres aparecen y en un momento, estamos llenos de cotidianos "analistas políticos" (en el caso de la agenda política) en cada café, en cada reunión. Permeados, entonces, de las imágenes que nos muestran, co-construimos los prejuicios que debatimos. De allí la importancia de la opinión pública, de allí su deseo de controlarla, de manipular sus orientaciones, de allí los afectos y efectos en el orden social.
Pasar de la imagen que se superpone, a la palabra que articula, (es uno de los posibles caminos del acto comunicativo) el sentido último de todo acto comunicativo, en tanto opinión; conjetura analizada, posibilidad ética. Cuando la información es imaginarizada, se hace manipulable, representa, actúa en el sujeto y en su lectura del mundo e influye en su acción. Los imaginarios, hacen parte de la estructura del colectivo por la posición de la atribución simbólica que el sujeto le presta al discurso mediático y a la forma como éste reconstruye, muy a su pesar, los significados en el grupo o colectivo al cual se dirige, su público objetivo. El paso de lo imaginario a lo simbólico es el verdadero ejercicio de opinión, de aná lisis, no importa quien la haga siempre será un ejercicio individual, objetivado en el consenso colectivo (intersubjetividad pactada). Allí surge la verdadera opinión, menos débil que su predecesora sólo construida por imaginarios. Lo simbólico articula nuevas posibilidades de representación y re significación que recrean al sujeto y lo que él piensa en un proceso dinámico de atribución n de significados y de significaciones compartidas, lo dota de posibilidades de existencia, de mediación, en otras palabras lo hace razonable. Y dado que los imaginarios no son inocuos, que son inestables, manipulables y azarosos en la acción del colectivo nuestra responsabilidad es é tica. Lo importante es tener siempre presente las implicaciones del comportamiento humano en colectivo y la determinación de saber cuándo retirarse. Esto siempre se olvida en la inmediatez del trabajo, algunas veces, y otras, se omite en el juego institucional de lo mediático.
1.2 Componentes de lo imaginario
a) Imágenes: La Imagen es materia dinámica determinada por la naturaleza, la historia y los sentidos y el trabajo; proceso en sí y parte indisoluble de procesos más complejos para la representación mental y la producción y transformación de la realidad objetiva y fantástica.
Esta definición provisional apuntan a estudiar orígenes, comportamientos y alcances de la Imagen como agente dinámico constitutivo (como ya se mencionó) de 3 operaciones fundamentales: el conocimiento, la comunicación y la creación.
Las imágenes son realidades "físicas" y "mentales" que nos rodean por todas partes, sobre todo hoy: fotografías, carteles, etc. Tienen una significación: "representan". Su realidad "física" (por lo tanto sensible y material, de materiales diversamente tratados) no haría de ellas "imágenes", si algunos sujetos no vieran ahí "algo". Las imágenes no nacen solas: necesitan un productor-emisor y un receptor-espectador. Entramos aquí en el terreno de lo simbólico, en sentido estricto. Con las imágenes tocamos por lo tanto dos grandes dimensiones de la vida social y cultural: el arte y la religión. Toda religión es "representación" (no es del orden de la racionalidad) y también puede uno atreverse a decir que toda representación es religión o religiosa. La sociedad real sólo es real, existe, mientras está tejida de imágenes que la hacen vivir.
b) Imaginarios: Lo imaginario es un modo de ser de una esencia que no ha llegado todavía a la existencia o que ha perdido la existencia. Lo real, en el sentido fuerte, es la existencia radical y sustancial. Es la unidad del interior y del exterior, su apariencia coincide con su estructura interna. Se nota entonces que lo imaginario no ha alcanzado todavía esa plena y entera sustancialidad. Es, tal vez, una realidad que se está constituyendo, o en vías de deshacerse, una "forma" en parto o en decadencia, y si participa de la irrealidad, participa más o menos de la realidad.
1.3
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