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CRITERIOS DE DECISIÓN EN SITUACIÓN DE INCERTIDUMBRE

La ciencia económica ha desarrollado sistemas de decisión para situaciones de incertidumbre que pueden ser útiles en cualquier momento y lugar. Aquí prescindiremos de aquellos sistemas que exigen gran "aparataje" matemático por dos motivos: 1) son muy complicados; 2) su utilidad es inversamente proporcional a su complejidad formal.

Los sistemas de decisión que aquí vamos a desarrollar son aquellos que se hallan más próximos al sentido común, el cual empleamos (o deberíamos emplear) la mayoría de nosotros en nuestra vida diaria.

Vamos a definir en primer lugar las diferentes posibilidades que nos podemos hallar a la hora de la toma de decisiones:

1) Certeza: Sabemos con seguridad cuáles son los efectos de las acciones. Es decir, sabemos por ejemplo que si soltamos la piedra que sostenemos con nuestra mano, cae.

Muchas veces los estados de certeza no son tan evidentes como nos pensamos. En ocasiones las certezas son ficticias, por lo que debemos estar vigilantes respecto de la información disponible.

2) Riesgo: No sabemos qué ocurrirá tomando determinadas decisiones, pero sí sabemos qué puede ocurrir y cuál es la probabilidad de ello. Si lanzamos un dado, por ejemplo, no sabemos qué número aparecerá. Pero seguro que no es un 7. Sabemos que ha de ser de un número del 1 al 6, y que cada uno de estos números (salvo sorpresas) tiene 1/6 de posibilidades de aparecer.

Aquí la pega es que seguramente, en la vida real, pocas veces tenemos la certidumbre de las probabilidades de que suceda algo como cuando tiramos un dado.

3) Incertidumbre estructurada: No sabemos qué ocurrirá tomando determinadas decisiones, pero sí sabemos qué puede ocurrir de entre varias posibilidades. En este caso, a diferencia de la situación anterior, no sabemos la posibilidad de cada una de las posibilidades. Es la situación en que nos hallamos antes de un examen ante el cual no estamos muy seguros. Sabemos que podemos aprobar o suspender. Pero no conocemos realmente nuestras posibilidades porque depende de nuestra suerte, de la dificultad de las preguntas, o de otras varias circunstancias.

4) Incertidumbre no estructurada: En este caso no sabemos qué puede ocurrir ni tampoco qué probabilidades hay para cada posibilidad. Es cuando no tenemos ni idea qué puede pasar. Por ejemplo, una empresa lanza un producto innovador al mercado y no tenemos ni idea de la respuesta que puede tener en el mismo: puede ser un éxito, o bien puede ser que incluso ofenda a determinados consumidores, por lo que lluevan demandas...

Para pasar de un ambiente a otro con menos incertidumbre, es necesario obtener cierto grado de información. Cuanto mayor es la información, menor es la incertidumbre.

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