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Jan De Vos Memoria Interrogada


Enviado por   •  2 de Mayo de 2013  •  875 Palabras (4 Páginas)  •  798 Visitas

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Ejerció su ministerio de historiador con igual o más intensidad que su anterior vocación sacerdotal. Jan de Vos, flamenco-chiapaneco, nos deja una gran obra de lo que él llamó historia regional. Su incursión en el pasado lejano y reciente de Chiapas es un ejemplo de investigación abarcadora de distintas fuentes, en las que cuentan tanto los documentos de papel como los “documentos” de la historia viva contenida en las transmisiones de las narraciones orales.

De su amplia obra historiográfica he leído y releído, sobre todo, la trilogía publicada por el Fondo de Cultura Económica y dedicada a desentrañar la transformación de la selva Lacandona: La paz del dios y del rey: la conquista de la selva Lacandona (1525-1821), Oro verde: la conquista de la selva Lacandona por los madereros tabasqueños (1822-1949) y Una tierra para sembrar sueños: historia reciente de la selva Lacandona (1950-2000).

El último volumen de la triada es mi preferido. En el mismo, Jan despliega con maestría el oficio de historiador en plena madurez. Nos cuenta la intensa historia de cinco décadas en una zona de México poseedora de características muy singulares: “En ninguna otra región del país hubo cambios tan profundos y tan drásticos en por lo menos seis ámbitos de la vida humana. La migración campesina, la degradación ambiental, la movilización popular, la radicalización religiosa, la efervescencia política y la insurgencia armada: en la Lacandona se dieron más que en cualquier otro lugar de la República”.

Además de ser un gran historiador, Jan de Vos fue un magistral docente, y quienes tomaron clases con él pueden dar infinidad de testimonios sobre su capacidad para transmitir conocimientos, experiencias, anécdotas y formas de inculcar en otros y otras el amor por el oficio de indagar en el pasado y difundir los hallazgos. Echaba mano de recursos pedagógicos nada frecuentados por la ortodoxia académica, como antes lo hizo cuando, como refirió ayer en estas páginas Luis Hernández Navarro, presidía los oficios religiosos en la parroquia de San José Obrero, en San Cristóbal de las Casas: “Como oficiaba cantando y tocando la guitarra, se corrió el rumor de que era protestante”.

Un texto relativamente breve, si se le compara con su amplia producción historiográfica, es el que lleva por título La memoria interrogada. En él, Jan de Vos resume lúcidamente los pasos seguidos en su labor de investigador. En el escrito subraya la influencia en su formación de un texto de metodología (“ha sido mi libro de cabecera”) de Luis González y González, El oficio de historiar. Inspirado en esa obra, Jan trazó su propio derrotero en, como dijo, “un modesto folleto”, al que llamo El decálogo del historiador.

Con su decálogo, Jan de Vos no busca catequizar mecánicamente a quienes de él quieren aprender los entretelones de la

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