Jose Maria Arguedas Los Rios Profundos
Enviado por hanelymary • 25 de Agosto de 2014 • 1.237 Palabras (5 Páginas) • 446 Visitas
La novella Los ríos profundos publicado por José María Arguedas en 1956 es un ejemplo
del género del bildungsroman en el contexto del “boom” de la novela en América Latina. Los
bildungsromanes son novelas de aprendizaje y suelen tener un protagonista joven y huérfano que
tiene un proceso largo y duro de integración en la sociedad. Siendo un bildungsroman el
desarrollo individual del protagonista en la novela avanza la trama a través de varios sucesos
duros y nuevos para el protagonista. El género surge de la necesidad de educar el lector para la
modernización de Europa, pero la educación de Los ríos profundos politiza el lector a través de
la politización del protagonista. El proceso de aprendizaje es distintamente latinoamericano en
Los ríos profundos porque la sociedad que la novela proyecta y refleja es otra en comparación a
las sociedades reflejadas en el canon occidental. La trama sigue los conflictos que surgen
durante la narrativa de integración, o falta de integración, del protagonista y narrador Ernesto en
la sociedad que le rodea. Él apoya al motín de las mujeres indígenas y oprimidas de la sociedad
peruana representada en el mundo alegórico de Abancay y del colegio. Ernesto es aceptado por
la sociedad privilegiada del colegio, pero al mismo tiempo siendo huerfano de madre y con un
padre que no tiene propiedad para perder tampoco arriesga mucho apoyando a la doña Felipa y
rechazando la sociedad opresora, católica y terrateniente. La trama sigue el desarrollo individual
y colectívo de Ernesto que no es un símbolo del mundo indígena, sino un agente que puede
manejar los distintos mundos del Perú representada en la novela.
El climax de la trama y el momento clave de la narrativa de la educación de Ernesto
ocurre cuando las mujeres rebelan en contra de los salineros y reparten el alimiento básico, el sal,
Manford 1entre toda la genta del pueblo. Al principio de este motín el narrador ocupa una posición pasiva
y individual porque es solo un observador aunque siente simpatía por el movimiento y dice, “La
violencia de las mujeres me exaltaba. Sentía deseos de pelear, de avanzar contra
alguien” (Arguedas, 98). Le emociona la violencia de las mujeres y empieza a desear acción
violenta y colectiva contra un poder aún no comprendido por Ernesto. Durante la escena,
Ernesto está en la plaza con su amigo Antero que quiere salir de la escena pero Ernesto le
contesta, “No [...] Veamos el final. ¡El final, ‘Markask’a’!” (Arguedas, 100). En esta cita
Ernesto comprueba su solidaridad con el motín porque quiere ver todo lo que le sucede. El uso
de la primera persona plural por el narrador en la siguiente cita, en vez de singular como antes en
la escena, demuestra la nueva colectiva revolucionaria con la cual Ernesto se junta, “una inmensa
alegría y el deseo de luchar, aunque fuera contra el mundo entero, nos hizo correr por las
calles” (Arguedas, 103). Aunque en su concientización política le falta conocer quien es el
enemigo del pueblo y contra quien van a luchar, ese momente es la parte más formativo del
desarrollo del Ernesto como sujeto. Su politización y solidaridad con los indígenas informan
todas sus acciones después, desde un observador simpatizante Ernesto se convierte en una parte
del colectivo. A través de la narrativa de transformación de Ernesto el lector puede simpatizar y
tener transformado su modo de entender la sociedad, pero se queda observador e individual.
El motín se levanta en contra de un sistema de opresión que surge del legado colonial.
En la sociedad peruana, “the colonial character of the internal structure of domination did not
undergo any essential transformations” (Manrique 226). El Padre
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