Jícaras tristes
Enviado por 0123456783 • 3 de Mayo de 2019 • Monografía • 2.384 Palabras (10 Páginas) • 1.935 Visitas
Jícaras tristes
Jícaras tristes es el único libro del autor Alfredo Espino. Reúne la cantidad de 96 poemas, con la particularidad de ser publicado de forma póstuma. Los responsables de publicar su poemario (1936) fueron su familia, específicamente su padre Alfonso Espino, quien además fue el que le adjudicó el titulo al libro. Por su parte, Alberto Masferrer, amigo de la familia, les ayudó a organizar los poemas, y a su vez introduce una edición con un prólogo esclarecedor que sitúa la poesía de Alfredo Espino como uno de los poemarios nacionales más comentados por sus contemporáneos.
Sin duda, la obra representa un verdadero ícono para la literatura salvadoreña, ya que su lenguaje poético trasciende mucho más allá de su evidente paisajismo, incorporando diferentes tipos de poesía como el soneto, la silva, letrillas, canciones y oda. Esto solamente demuestra el basto conocimiento que el autor poseía, y la correcta aplicación en sus versos. En cuanto al género literario, es evidente que por su estructura y la forma en que prevalece el “yo” poético la obra corresponda a una poesía lírica. Los temas más destacados por Alfredo Espino en sus poemas son: paisajes, campesinos, religiosos que se complementarán como la concepción estética de lo idílico que dará parte a la clasificación en cuanto al movimiento literario.
La obra pertenece al Posmodernismo, ya que es claro observar la descripción del paisaje local, como si se estuviera contemplando una pintura misma. Lo anterior sirve como contradiscurso al Modernismo ya que difiere con el pensamiento cosmopolita, muy evidente en la poesía de Rubén Darío, el referente principal de este movimiento. Algunas de las características del Posmodernismo presentes en Jícaras tristes son las siguientes:
Responde a una literatura con menos adornos, es decir, muy apegada a la realidad: “Calma de Jueves Santo. Las mujeres en coro / van rezando en la calle de indecisa penumbra…” (Jueves Santo, p.133). El arte estará apegado a la esencia de la vida (arte = vida): “¡Qué regalada sencillez de vida! / Cómo se siente el alma recogida / a la caricia de la tarde que arde...” (La estrella en el río, p. 58). Las formas sencillas, los recursos realistas en su lenguaje y temáticas son las características más predominantes en este movimiento. En orden de preponderancia, es preciso decir que el Posmodernismo es el movimiento que más se destaca en la poesía de Alfredo Espino, pero existe otro componente que también está presente, refiriéndonos al Realismo Costumbrista y esto se puede evidenciar cuando describe el ambiente local y las costumbres de la época en el poema La cruz de mayo: “ahí hubiera una cruz; enfrente los caminos / donde pasan carretas, entre flautas de trinos, / bajo la pedrería de esos soles de mayo…” (p.63). Esta celebración religiosa es muy significativa para los salvadoreños; y en el poema describe el material con que debe de ser elaborada, su finalidad e importancia para la identidad. Es por eso que, este poema es un signo cultural que representa la identidad del salvadoreño, y no solamente este poema sino también La tarde en el pueblo, Tarde poblana, Jueves Santo, entre otros.
Otra característica que corresponde al costumbrismo es el uso del lenguaje popular: “Qu´ialumbre en el camino algún lucero, / pues agora vendrá de la quebrada / mi negra, tan fresquita y perjumada, /asina como el aire mañanero.” (Camino de la quebrada, p. 54). La intensión de Alfredo Espino al insertar el habla popular en sus poemas es simplemente para mostrar la realidad social y cultural de la época. Al leer sus poemas, se puede percibir los eventos que denotan la cotidianeidad y tradición salvadoreña, especialmente en las zonas rurales donde la pobreza será parte de ese paisajismo en los poemas del autor. Es importante señalar que, el concepto de terruño o tierra no es un problema para el autor, ya que para él es considerado únicamente como el paisaje mencionado con anterioridad funcionando como un elemento idílico.
La tierra, la mujer y el pobre o campesino será algunos de los signos culturales más predominantes en los versos de Espino, estos reflejarán la identidad del salvadoreño de las primeras décadas del siglo XX. Ahora bien, al contrastarlos con la realidad sociocultural se puede observar que estos no difieren mucho ya que el campesino actual sigue padeciendo las situaciones de pobreza descritas en el poema Un rancho y un lucero, y no está de más advertir que las tradiciones religiosas que Espino describe aún se conservan como parte del patrimonio cultural salvadoreño. La mujer en su aspecto de campesina, hermana y madre siempre conservará su perfil humilde, sencillo, fraternal, amoroso. Ahí radica la importancia de los versos de Alfredo Espino, ya que al leerlos es inevitable no pensar en nuestra gente, y toda la riqueza y el paisajismo que contiene nuestro país El Salvador.
Una grieta en el agua
El lenguaje literario que utiliza David Escobar Galindo en esta novela, a parte de ser merecedora del Segundo Premio del Certamen Centroamericano Bachiller Rafael Ocejo en Costa Rica, ha aportado a la historia de la literatura salvadoreña con su visión particular de la sociedad de la época. Resulta, que la obra hace referencia a la situación de secuestros que se realizaban a las personas que poseían una alta economía del país. María Montúfar, (2004), afirma que los hechos políticos-sociales acaecidos en la época de 1971 le dieron materia prima al abogado para la elaboración de la novela corta; una expresión artística de un incidente, dentro de la complejidad de todo el suceso histórico. (p.5)
La novela es publicada por primera vez en 1972 en Costa Rica, por ser ganadora de un Certamen literario como se mencionó anteriormente. En El Salvador, la obra se publicó en 1974 a cargo de la editorial Clásicos Roxsil. La obra gira en torno a unos estudiantes universitarios que planean un secuestro, y entre sus candidatos resultó el más apropiado Carlos Robles por ser uno de las personas con mayor poder adquisitivo del país.
Uno de los aspectos bien trabajados por el David Galindo, motivo del éxito de esta novela fue la correcta aplicación de la narración en la historia, ya que el narrador omnisciente relata muy bien la realidad exterior y la interioridad de sus personajes; conoce muy bien los pensamientos, actitudes, temores, deseos de los personajes y por eso mismo se puede observar que los discursos muchas veces se ven contaminados por la voz del narrador produciendo un discurso indirecto libre. En el plano extratextual, es importante destacar que muchos de los personajes hacen referencia a personas históricas de las cuales tuvo el autor conocimiento. Por ejemplo, es claro advertir que el personaje de Claudia corresponda a Lil Milagro Ramírez, revolucionaria salvadoreña, posteriormente fundadora de uno de los más famosos movimientos populares: Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. Así como el secuestro de Carlos Robles puede corresponder al secuestro de Ernesto Regalado.
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