LA COMUNICACION
Enviado por Samsoon • 24 de Septiembre de 2012 • 1.391 Palabras (6 Páginas) • 294 Visitas
LA COMUNICACIÓN
I. DEFINICION:
La comunicación es interactiva en la medida que es el propio comportamiento de un interlocutor la fuente de las resistencias o de los cambios en el otro interlocutor, y viceversa. Querámoslo o no, cuando nos comunicamos influimos en los o las demás.
Finalmente la comunicación es recompensante, lo que decimos y hacemos cuando nos comunicamos son consecuencias y resultados que el interlocutor o interlocutora se encuentra cuando participa con nosotros o nosotras en los escenarios de comunicación.
II. IMPORTANCIA
Las relaciones humanas se basan en gran medida en la comunicación.
Comunicamos ideas, impresiones, sentimientos, afectos, emociones, vivencias, enseñanzas, cariño… cada una de modo diferente. El cuerpo humano presenta distintos tipos de lenguaje: el verbal y el no verbal. Tan importante es el uno como el otro. Se usan según sea lo más conveniente en cada caso. En ocasiones los silencios pueden decir más que mil palabras, en otras el silencio no será válido y habrá que hablar, decir algo.
La comunicación es todo un arte que hay que aprender y ejercitarse, esto es tarea de toda la vida. Por eso un factor esencial es el tiempo. Desarrollar habilidades de comunicación no es tarea de un día para otro.
Una buena comunicación puede hacer la diferencia entre una vida feliz o una vida llena de problemas.
La comunicación es indispensable para procurar y mantener las buenas relaciones en todos los ámbitos de nuestra vida, particularmente en la familia, el trabajo y con las personas más cercanas a nosotros. Aun así enfrentamos desacuerdos y discusiones sin sentido, provocando -en ocasiones- una ruptura en las relaciones con los demás.
Entender y hacerse comprender, es un arte que facilita la convivencia y la armonía en todo lugar.
Con facilidad podemos perder de vista que la comunicación entra en el campo de los valores. Precisamente cuando hay problemas de comunicación en el trabajo, con la pareja, con los hijos o con los amigos se comienza a apreciar que una buena comunicación puede hacer la diferencia entre una vida feliz o una vida llena de problemas.
El valor de la comunicación nos ayuda a intercambiar de forma efectiva pensamientos, ideas y sentimientos con las personas que nos rodean, en un ambiente de cordialidad y buscando el enriquecimiento personal de ambas partes. No todas las personas con una magnífica y agradable conversación poseen la capacidad de comunicarse eficazmente, en muchos de los casos transmiten anécdotas y conocimientos producto de la experiencia, la información y las vivencias que han tenido, pero con el defecto de no dar la oportunidad a que otros se expresen y compartan sus puntos de vista. En si, esto no es malo, pero se debe tener cuidado de no caer en excesos.
Queda claro que comunicar no significa decir, expresar o emitir mensajes (para eso están los medios de información), por el contrario, al entablar un diálogo con los demás, tenemos la oportunidad de conocer su carácter y manera de pensar, sus preferencias y necesidades, aprendemos de su experiencia, compartimos gustos y aficiones... en otras palabras: conocemos a las personas y desarrollamos nuestra capacidad de comprensión. Sólo así estaremos en condiciones de servir al enriquecimiento personal de quienes nos rodean.
III. OBJETIVOS:
La eficacia para alcanzar los objetivos de la respuesta.
La eficacia para mantener o mejorar la relación con la otra persona en la interacción.
La eficacia para mantener la autoestima de la persona socialmente habilidosa.
IV. CARACTERÍSTICAS
La buena comunicación tiene algunas características que todos conocemos: escuchar con atención, no acaparar la palabra, evitar interrumpir, utilizar un lenguaje propio y moderado, lo cual demuestra educación y trato delicado hacia las personas. Pero este valor tiene elementos fundamentales e indispensables para lograr una verdadera comunicación:
- Interés por la persona. Cuántas veces nuestra atención total está reservada para unas cuantas personas, nos mostramos atentos y ávidos de escuchar cada una de sus palabras. Por otra parte, los menos afortunados se ven discriminados porque consideramos su conversación como superficial, de poco interés o de mínima importancia. Pensemos en los subordinados, los hijos o los alumnos ¿Realmente nos interesamos por sus
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