LA EDUCACIUON ANTIGUA Y LA ACTUAL

Tomando como referencia dos épocas diferentes, el año 1969 y el año 2009 donde se presentan situaciones diferentes en cuanto a la educación y los conflictos que suelen suceder en cualquier espacio y tiempo. Proporcionando al lector la posibilidad de ver la realidad compleja que se presenta a continuación.

En el año 1969 la educación de la época antigua se regia por la obediencia, donde solo contaba la palabra del maestro; en cuanto a esto ocurre una situación que llama mucho la atención, como es el caso de un maestro que manda a llamar a los padres de uno de sus alumnos, que según él a cometido una falta muy grave y por ende la conducta del niño debe ser corregida por la autoridad de sus padres. En este momento se puede dar cuenta que se propaga la dictadura tanto del maestro como de los padres del alumno, ya que lo controlan y lo obligan hacer lo que ellos quieren que haga y sea, sin importar lo que el niño desee.

En este caso el profesor viendo el rendimiento decadente de su alumno ve la necesidad de llamar a los padres del niño; pero esto a su vez ocasiona un daño psicológico al niño, ya que es maltratado emocionalmente y es allí donde pueden quedar cejuelas para el resto de su vida. Por este motivo es necesario tomar conciencia sobre el saber educar, por esa razón no hay que reprimir los deseos del niño acusándolo y haciéndolo sentir poca cosa.

Por el contrario en el año 2009 la educación actual se manifiesta en cuanto a la manipulación del niño respecto a una situación que le convenga, donde él se posesiona como una victima, adquiriendo poder sobre sus padres y poniendo en tela de juicio la credibilidad de su superior, es decir, el maestro. En este caso el niño también saldrá dañado psicológicamente ya que no se reprende o se le enseña a valorar las cosas que posee; por tal motivo la culpa la tienen los padres, quienes lo consienten en todo. Es fácil decir que si; pero esta mal cuando se quiere educar, por eso se debe decir no al niño cuando quiere manipular las situaciones para su conveniencia y convertirse así en una victima y presentar a los demás como los malos y perversos

En conclusión no es bueno cohibir ni tampoco dar rienda suelta a los deseos de los niños; ser justos e imparciales cuando se tomen decisiones que involucren el desarrollo emocional del infante. Así aprenderá a convivir y comunicarse como es debido, es decir, dar a conocer sus deseos y ser entendido por los demás.

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