LAS SEIS FUNCIONES DEL LENGUAJE
Enviado por Alejandra MC • 12 de Junio de 2016 • Ensayo • 2.700 Palabras (11 Páginas) • 712 Visitas
Funciones del lenguaje
López Degregori, Carlos
- INTRODUCCIÓN
La función primordial del lenguaje es la de servir de instrumento de comunicación. Todos lo utilizamos continuamente –con mayor o menor conciencia- y nos servimos de él para informar, interrogar, persuadir, rogar, ordenar, etc. Sin embargo, el problema que se le plantea a la lingüística –como sostiene Fredéric François- es el de determinar “lo común que hay en todos estos usos, pero considerándolos como un instrumento de comunicación propio de un grupo”[1]. Estamos, pues, ante la concepción de la lengua como un instrumento o una tecnología que nos permite operar sobre la realidad y los otros seres humanos que conforman nuestro grupo social. En las siguientes páginas vamos a sintetizar una propuesta bastante difundida en la lingüística de nuestro siglo. Nos referimos a los planteamientos de Roman Jakobson en su ya clásico ensayo “Lingüística y poética”[2], trabajo que ha delimitado las distintas funciones del lenguaje que son reconocidas por la ciencia lingüística contemporánea.
- LA TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE
El punto de partida para la discusión acerca de las funciones del lenguaje está en la teoría de la información que reconoce la presencia de seis factores o elementos fundamentales en todo proceso comunicativo: el emisor, el mensaje, el receptor, el código, el medio (canal o contacto) y el contexto; y que podríamos representar con el siguiente esquema:
contexto
emisor mensaje receptor[pic 1][pic 2]
código
medio
Como puede observarse, en todo acto de comunicación lingüística un emisor o destinador envía un mensaje a un receptor o destinatario. Para que este proceso comunicativo sea efectivo requiere de un contexto o marco de referencia susceptible de ser verbalizado; necesita, igualmente, de un código común al emisor y al receptor y de un medio o canal físico que permita establecer y mantener la comunicación. Ahora bien, cada uno de estos seis elementos determina un uso diferente del lenguaje y aparecen así las seis funciones básicas –emotiva, referencial, conativa, fática, metalingüística y poética- relacionadas respectivamente con los seis elementos citados y que podrían representarse de la siguiente manera:
referencial
emotiva poética conativa[pic 3][pic 4]
metalingüística
fática
Antes de precisar la naturaleza de cada una de estas funciones, es importante reconocer que si bien cada uno de estos elementos determina un uso diferente del lenguaje, esto no significa que existan actos de comunicación que satisfagan uno solo de ellos y excluyan en forma absoluta los restantes. En este sentido, no es factible referirse al monopolio de un uso del lenguaje; se trata, por el contrario, de una jerarquía a partir del predominio de una función sobre las demás. Si aceptamos que en cualquier acto de comunicación están presentes necesariamente los seis elementos o factores, debemos reconocer que de la misma manera estarán involucradas las seis funciones. La potenciación de alguna de ellas según la naturaleza, intencionalidad y orientación del acto comunicativo, no implica ignorar la intervención –en mayor o menor medida- de las funciones restantes.
- LAS SEIS FUNCIONES DEL LENGUAJE
La función emotiva o expresiva está centrada en el emisor y, con ella, este se sirve del lenguaje para manifestar su interioridad revelando estados de ánimo, valoraciones subjetivas y emociones. Cuando exclamamos ¡Qué hermoso paisaje! Para calificar un espacio que hemos recibido o insultamos furiosos a alguien llamándolo ¡imbécil!, estamos como emisores recurriendo al lenguaje para volcar en esos mensajes nuestras emociones. Por ello es en la interjección –que debe ser entendida principalmente como un síntoma de la subjetividad del hablante- donde este uso del lenguaje se muestra con mayor claridad.
La función conativa o apelativa está orientada, en cambio, hacia el receptor y se manifiesta de manera más genuina por medio del imperativo y del vocativo. En ella el lenguaje es empleado para influir en el oyente provocando una reacción o una modificación de conducta interna o externa. En cualquier llamado de atención, mandato; exhortación o mensaje persuasivo, se revela la función conativa a plenitud. Si por ejemplo en un recinto público se coloca un cartel con el mensaje PROHIBIDO FUMAR, estamos ante un uso conativo del lenguaje al pretender con esos signos una actitud o respuesta determinada en los receptores.
La función referencial (también ha recibido las denominaciones de representativa o informativa) está orientada a los referentes, estados de cosas y acontecimientos objetivos, y su razón de ser fundamental está en la capacidad que posee el lenguaje para proporcionar información sobre la realidad. Los mensajes: “Lima es la capital del Perú” o “Esta habitación tiene las paredes pintadas de blanco” –por ejemplo- evidencian la alusión al mundo objetivo y permiten adicionalmente la corrobación de su veracidad o falsedad al confrontarlos con la realidad a la que se refiere. De otro lado, la función referencial se hace patente en el lenguaje científico, en tanto cualquier ciencia se orienta al hallazgo de una explicación racional para un fenómeno, hecho o propiedad de la realidad o de los enunciados de carácter lógico o matemático y aspira a situarse en el dominio de la plena objetividad.
La función fática está relacionada con el medio o canal y en ella lo importante es el contacto que se establece entre el emisor y receptor para establecer, prolongar o interrumpir la comunicación. En los mensajes de la siguiente conversación de cortesía – que opera como una serie de fórmulas ritualizadas- antes que el intercambio de información, importa la relación social que se establece entre los interlocutores:
-¡Hola!
- ¡Hola! ¿Qué cuentas?
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