La Bolita Azul
Enviado por angie0104 • 21 de Junio de 2015 • 1.350 Palabras (6 Páginas) • 378 Visitas
Recepción de sus obras[editar]
Gambaro es una autora de gran importancia dentro del contexto social y cultural de su época, tanto dentro del panorama teatral como narrativo. En 1965 estrenó su primer obra teatral, El desatino, en el Instituto Torcuato Di Tella dirigida por Jorge Petraglia. Esta obra desató la polémica, dado que muchos críticos la entendieron como una obra totalmente ajena a la realidad argentina y desligada del compromiso social que el realismo reflexivo había propuesto como fundamental para el teatro.[cita requerida] Para Osvaldo Pellettieri, la obra fue "fundamental para la evolución del absurdo en Argentina" y "comenzó una polémica abierta en el seno de nuestro teatro que trajo beneficiosos resultados para su evolución posterior".2 Para Griselda Gambaro, El Desatino,
«Fue entendida como una ruptura con la corriente del realismo reflexivo identificada con una postura de izquierda, considerada superficial y políticamente dudosa, escrita de espaldas a lo que era la realidad argentina». Gambaro Griselda.3
La polémica continuó con el estreno de otras obras de la misma autora: Viaje de invierno, (1965), Las paredes (1966), Los siameses (1967) y El campo (1968).
En 1970 estrenó Nada que ver. Sólo un aspecto (1971), Dar la vuelta (1972-73), Información para extranjeros (1973), Puesta en claro (1974), Sucede lo que pasa (1975), Real Envido (1980), La Malasangre (1981) o Del sol naciente (1984).
La obra de Gambaro está comprometida con la realidad de su tiempo, a nivel social, político y de género. De este modo, el 27 de abril de 1977 un decretó prohibió su novela Ganarse la muerte,1 y dos meses más tarde, Gambaro decidió exiliarse del país durante tres años.
Griselda Gambaro participó en el movimiento de Teatro Abierto, al cual definió como:
«una idea del dramaturgo argentino Osvaldo Dragún que junto con otros creadores y gente de teatro decidieron hacer una serie de veinte obras de veinte autores diferentes, representándose tres por día y donde intervinieron los mejores actores y directores de la Argentina, trabajando todos gratuitamente, como un modo de impugnar políticamente y teatralmente la atomización que había implantado la dictadura militar respecto a la cultura. Teatro Abierto nos sirve para pulirnos y volver a unirnos en un momento en el que en la Argentina nadie conectaba con nadie». Gambaro Griselda.4
En Teatro Abierto, Gambaro estrena su obra Decir Sí. Con el regreso de la democracia, el grupo de Teatro Abierto se divide, y a partir de 1983 las obras de Gambaro se centran en el tema de la dictadura, de las cuales destacan Antígona furiosa, de 1986, La casa sin sosiego, de 1991 y Atando cabos, también de 1991.
Para Gambaro,
«El teatro tiene una doble vertiente: debe ser válido como literatura dramática y, a la vez, como hipótesis teatral. (...) El escenario impone reglas bastante rigurosas. Por ejemplo conocer los tiempos, porque una representación teatral tiene un tiempo determinado y un espacio preciso. El texto va a tener cuerpos y voces, un lenguaje fónico y mímico. Una de las condiciones básicas para escribir dramaturgia es saber visualizar la corporeidad de ese fenómeno que produce la escritura dramática. El autor es todos los personajes a los que mira moverse en el escenario y tiene todos los tonos de las voces de esos personajes. (...) Desde luego, esto establece una diferencia en la escritura». Gambaro Griselda.5
A grandes rasgos, la obra de Gambaro esquiva el naturalismo para criticar la docilidad del ser humano, para expresar la imposibilidad de comunicación y la dependencia de los débiles hacia sus propios opresores. En esta huida del naturalismo, la autora recoge influencias de las principales corrientes europeas de los años 50, como el existencialismo, el teatro de la crueldad o el teatro del absurdo; sin que sus obras puedan ser clasificadas como completamente pertenecientes a estas corrientes. Gambaro utiliza de ellas todo aquello que le pueda servir para expresar la soledad humana, la agonía y la absoluta falta de comunicación entre sus personajes, que se rebelan, condenados a vivir en perpetua soledad.
Las piezas de Griselda Gambaro están construidas
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