La Escritura

Somos dueños de una poderosa herramienta: La Escritura

Desde su creación los seres vivos han encontrado la forma de comunicarse, siendo tan variadas estas formas que hasta se podría decir que son imposibles de contar; a través de sonidos, gestos, colores, los animales mantienen una constante comunicación. El hombre perfecciono esta comunicación en principio con dibujos para hacerse entender y luego con la palabra. Sólo hasta la invención de la imprenta por Johann Gutenberg a mediados del siglo XV la escritura alcanzó su evolución y expansión a la cultura. Sin embargo a pesar de su importancia la cultura como letrados es deficiente ya que los encargados de su divulgación no hacen especial hincapié en el desarrollo de la lectura, la escritura y la comunicación creando individuos con un bajo índice en esta especialidad. La alfabetización es incompleta y no incentiva al individuo a fortalecer su lectura, que a su vez fortalecerá su escritura y su comunicación en general asegurado la participación ciudadana.

La lectura y la escritura son la consecuencia de un aprendizaje, mientras el individuo sea mejor lector, será por ende mejor escritor ya que en la lectura encontrará los elementos y recursos necesarios para ampliar la forma de plasmar la palabra de una manera más fluida y entendible.

El escritor puede hacer del lenguaje fácil o difícil según lo utilice, puede hacerlo natural o artificial, con sentido o sin sentido, interesante o aburrido. Sólo un individuo con hábito de leer es capaz de diferenciar la forma de escribir para llegar al lector con interés.

El hombre cuenta con la herramienta más poderosa que es la palabra y hacerla llegar a las masas a través de la escritura es invalorable.

La escritura debe estar concebida para que el lector pueda formular hipótesis, controlar la lectura y encontrarle sentido a lo que lee, una lectura efectiva requiere un mínimo de esfuerzo y debe contener suficiente información para que sea comprensible y deben interactuar tres sistemas lingüísticos: el grafonico, el sintáctico y el semántico.

El escritor, dispone de elementos de carácter estrictamente lingüístico para construir los mensajes (grafemas) o paralingüístico (signos de puntuación, espacios, sangrías, negrilla, subrayado, etc.).

El escritor debe seguir una planificación y organización previa a la ejecución para no solo decir lo que se quiere sino como y para que decirlo.

El lenguaje escrito es el aparto exclusivo de la imaginación, es un acto informativo, una narración de sentimientos, es llegar a cualquier parte en cualquier momento por lo que debe hacerse con pasión.

Un pueblo necesita de su escritor y el escritor de su pueblo para complementarse en sociedad, son dos que se convierten en uno solo.

¡Eres lo que escribes y eres como escribes!

Un lector es aquel capaz de crear un mundo imaginario

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