La Lectura Como Placer
Enviado por nisi92 • 11 de Mayo de 2015 • 763 Palabras (4 Páginas) • 178 Visitas
El café literario como estrategia para involucrar a los estudiantes en la lectura
Estaba pensando cómo escribir este ensayo, que abarque algún tema sobre mi formación docente, no tengo a la mano las lecturas, pues no las imprimí, pero las he leído y decidí retomarlas en este momento para hacer una práctica de lo aprendido mediante este pequeño escrito.
Definitivamente he decidido no hablar de lo mismo que hablan todos los demás, pues encontré en las lecturas lo que realmente me gustaría exponer lo que me llamo la atención y con lo que me quedo ahora que digiero estos deliciosos párrafos. Creo que es momento de hacer algo diferente, de hacer una verdadera reflexión y de no jugar a los docentes en formación ni a los intelectuales, es momento de analizar lo que alguien escribió y mi percepción sobre ello.
En estos párrafos abordare el tema de la lectura, el placer de la lectura y aquellos escritos que por su contenido y por su edad se consideran clásicos y básicos en cualquier escolaridad que se llegue a concluir, pues su importancia va más allá de los conocimientos que como persona se presuman ante la sociedad, pero para poder llegar a ellos, primero se debe resolver el gusto, la pasión, el esfuerzo por entender esos libros o esas lectura que como individuos y como parte de cualquiera que sea la profesión en la que se encuentra emergido un individuo debe comprender.
En este caminar en busca de “pasión lectora” se debe tener una estrategia para poder llegar a despertar el interés de los estudiantes, de esos jóvenes que invaden nuestra ciudad, que están llenos de vida, y que mejor que un café literario, en donde se narren experiencias vividas y sentimientos sobre un libro. Una estrategia perfecta para poder llegar a ellos a conquistarlos
En primer lugar quiero retomar ideas esenciales del “gran trabajo” que ha realizado el autor Daniel pennac, pues debo reconocer, que realmente llegue al placer de la lectura con sus ingeniosas ideas, pues antes que nada debo aceptar que el placer de la lectura no ha sido nada fácil desarrollarla a lo largo de mi existencia en las escuelas por las que he pasado, pues pese a la obligatoriedad que tengo como estudiante de cumplir ciertos créditos de estudio. Aquellas lecturas impuestas, que me han parecido infumables no han llegado a mis sentimientos, ni a despertar aquella pasión por comprender lo que tratan de decir los autores, solo se trata de jugar al estudiante.
Con esto me di a la tarea de pensar el ¿Por qué no le encontraba sentido a las lecturas de las materias? ¿Por qué no concluyo las lecturas completas? ¿Por qué no siento ese deseo por saber lo que algunos han escrito sobre las escuelas secundarias, o por la lectura o bien por los adolescentes?.
¿Por qué maestra? La respuesta subjetiva es sencilla, pues no había podido despertar este deseo y mucho menos alentar, porque aun que tuvieran un título adornado
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