EL PROBLEMA DE LA LECTURA POR PLACER EN LAS ESCUELAS

EL PROBLEMA DE LA LECTURA POR PLACER EN LAS ESCUELAS

Es bien sabido que la comprensión lectora es la base del entendimiento de los problemas cotidianos. Y es así como la educación mexicana ha centrado sus esfuerzos en el logro de esta habilidad en los alumnos. Se enviaron dotaciones de libros adecuados a las edades y niveles a las diferentes escuelas a través del Programa Nacional de Lectura, se habilitaron bibliotecas de aula y escolares y se determinó reglamentar el uso y préstamo de libros a domicilio, haciendo que el acervo fuera disponible a niños, padres de familia y docentes.

Dentro del grupo, el maestro redoblaba esfuerzos para que el alumno adquiriera fluidez, rapidez y comprensión lectora. El estado diseñó formatos y tablas para su medición, y poder de esta manera adecuar estrategias para trabajar con los alumnos con rezago.

Día tras día, el mensaje era el mismo: fortalecer la comprensión lectora. Con el paso del tiempo, los estándares de medición fueron cambiando. Se dejó de dar prioridad a cuántas palabras se leía por minuto, para encontrar el verdadero sentido de lo que se había leído. Había que enriquecer el vocabulario, mejorar la ortografía y profundizar el razonamiento. Uno de los objetivos del ahora Programa Nacional de Lectura y Escritura, era garantizar las condiciones de uso y producción cotidiana de materiales escritos en el marco de los proyectos de enseñanza y aprendizaje para hacer posible la formación de lectores y escritores autónomos.

Sin embargo, para 2012, este programa desapareció. Y con él la producción de libros entregados de manera gratuita. Eso sin tomar en cuenta de que ya desde antes, muchas bibliotecas escolares no contaban con un maestro bibliotecario, sino que se comisionaba a uno de los docentes frente a grupo para llevar el control de préstamos y otros servicios. Es obvio que ante la carga de trabajo, el maestro daba prioridad a las actividades académicas propias de su grupo. Ya no más acceso a nuevos ejemplares. Teníamos bibliotecas, pero no quien las abriera, ni tampoco una dependencia que repusiera los libros perdidos o dañados.

Se crea ahora el Programa Estatal de Lectura, que vendría a apoyar en la causa. Y una de sus innovaciones fue la creación del concurso “Reyes de la Lectura y Escritura”. Este concurso busca al rey y a la reina de la lectura y escritura y quiere reunir en un solo niño fluidez lectora, dicción, gramática, ortografía y comprensión lectora, todo esto sin suficientes libros en la biblioteca, y sin un maestro bibliotecario que lo apoye en su objetivo. Aunado a esto, agrupan en una misma categoría alumnos de primero y segundo grado, de tercero y cuarto y de quinto y sexto. ¿De primero y segundo grados en la misma categoría? Como si la diferencia maduracional de un año no fuera significativa. ¿Tercero y cuarto y quinto y sexto? Como si la comprensión lectora se midiera sólo con la

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