La Marea Alta
Enviado por ensonicrojas • 25 de Agosto de 2013 • 978 Palabras (4 Páginas) • 377 Visitas
la marea alta
Cuando tenía diecisiete años, mi vida cambió para siempre.
Sé que hay personas que se preguntan acerca de mí cuando digo eso.
Ellos me miran extrañamente como si trataran de comprender qué pudo
haberme ocurrido desde entonces, aunque rara vez me molesto en
explicarlo. Porque he vivido aquí la mayor parte de mi vida, y no siento
que tenga que hacerlo a menos que de verdad desee hacerlo, además
de que eso me tomaría más tiempo del que la mayoría de las personas
están dispuestas a brindarme. Mi historia no puede ser contada en dos o
tres oraciones; no puede ser encerrada en algo sencillo y simple que las
personas inmediatamente comprendieran.
A pesar de que han pasado cuarenta años, las personas que aún viven
aquí y que me conocieron ese año aceptan mi negación a explicar sin
hacer ninguna pregunta. Mi historia de alguna manera es su historia
porque fue algo que todos vivimos. Fui yo, sin embargo, quién vivió más
de cerca todo esto. Tengo cincuenta y siete años, pero incluso ahora
puedo recordar todo de ese año, incluyendo los más pequeños detalles.
Revivo ese año muy a menudo en mi mente, trayéndolo de regreso a mi
vida, y me doy cuenta de que cuando lo hago, siempre siento una
combinación extraña de tristeza y placer. Hay momentos en que
desearía poder regresar el tiempo y mandar lejos toda la tristeza, pero
tengo el presentimiento de que si lo hiciera, el placer también se alejaría
con ella. Así que tomo los recuerdos tal y como vienen, aceptándolos
todos, dejándolos guiarme siempre que puedo. Y esto ocurre más a
menudo de lo que quisiera.
Es 12 de abril, en el último año antes del milenio, y cuando deje mi casa,
y eche un vistazo alrededor. El cielo está nublado y gris, pero cuando me
muevo por la calle, noto que los cornejos y las azaleas están floreciendo.
Subo el cierre de mi chamarra sólo un poquito. La temperatura está
fresca, aunque sé que es solo cuestión de semanas antes de que cambie
a algo cómodo y los cielos grises den paso a esa clase de días que hacen
de Carolina del Norte uno de los lugares más hermosos en el mundo
entero. Con un suspiro, siento todo regresar a mi memoria. Cierro mis
ojos y los años empiezan a dar marcha atrás, haciendo tictac despacio y
en reversa, de la misma manera que las manos de un reloj que gira en
dirección contraria.
Como si fuera a través de los ojos de otra persona, me observo cuando
era más joven; veo mi pelo que cambia de gris a marrón, siento que las
arrugas alrededor de mis ojos se empiezan a alisar, mis brazos y piernas
crecen musculosos. Las lecciones que he aprendido con la edad se
hacen más débiles, y mi inocencia regresa cuando ese año lleno de acontecimientos se acerca. Entonces, de la misma manera que yo, el
mundo empieza a cambiar: los caminos se hacen estrechos y algunos se
hacen de grava, el crecimiento descontrolado suburbano ha sido
reemplazado con tierra de cultivo, las calles del centro de la ciudad
abundan en personas, mirando en las ventanas cuando pasan por la
panadería de Sweeney y la carnicería de Palka. Los hombres
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