La gramatica estructural
Enviado por anydoll • 9 de Marzo de 2016 • Tarea • 2.119 Palabras (9 Páginas) • 911 Visitas
B) LA GRAMÁTICA ESTRUCTURAL.
Con el estructuralismo aparece el primer intento de una descripción científica de la lengua.
1. Organización estructural de la lengua.
«En un estado de lengua determinado, todo es sistemático; cualquier lengua está constituida por conjuntos en los que todo está unido: sis tema de sonidos (o fonemas), sistema de formas y de palabras (mor femas y semantemas). Quien dice sistema dice conjunto coherente: si todo está unido, cada término depende del otro» (Y. BRONDAL, citado por Jean PERROT, La Linguistique).
Esta organización de la lengua es la que utiliza Saussure para dis tinguir lo que es externo a la lengua y lo que le es interno:
«(...) la lengua es un sistema que no conoce nada más que su propio orden. Una comparación con el ajedrez lo resaltaría mejor. En él, es re lativamente fácil distinguir lo que es externo de lo que es interno; el hecho de que haya pasado de Persia a Europa es externo; interno, por el contrario, todo lo concerniente al sistema y a las reglas. Si sustituyo piezas de madera por piezas de marfil, el cambio es indiferente al sis tema; pero si disminuyo o aumento el número de piezas, este cambio afecta profundamente a la "gramática" del juego. Pero no es menos verdadero que es necesaria cierta meticulosidad para hacer distinciones de este tipo. Así, en cada caso, se planteará el problema de la naturaleza del fenómeno, y para resolverlo se observará esta regla: es interno todo lo que modifica el sistema en cualquier grado» (Ferdinand de SAUSSURE, Cours de Linguistique Générale).
La última frase es fundamental para la metodología lingüística. En efecto, nos es indiferente, por ejemplo, el saber si el pronombre «él» proviene del latín o del germánico (con lo cual no queremos decir que este dato no tenga interés en otros dominios distintos al que tratamos ahora); por el contrario, es importantísimo el saber cómo funciona «él» en el interior de los sustitutos personales, cómo se organizan r̄stos en el interior de los sustitutos tomados en su totalidad, cómo funcionan estos últimos en relación con otras unidades de la lengua... La econo mía del pronombre «él» interesa a todo el sistema.
2. Un sistema de signos.
Como cualquier otro código, la lengua es un sistema de signos.
A imagen de las otras unidades semiológicas, el signo lingüístico se compone de una forma y de un contenido. En matemáticas, el signo «x» es al mismo tiempo una marca escrita (forma) y la indicación de una operación precisa: «multiplicar» (contenido). En el ajedrez, la torre es simultáneamente una pieza de madera (de marfil, de plástico...) que representa, de forma más o menos precisa, una torre de castillo (for ma) y una indicación de juego: la torre se mueve en línea recta, etc. (contenido). De la misma forma, en español, la palabra «perro» es, al mismo tiempo, una forma [«/pér̄o/» en lengua oral, «perro» en lengua escrita] y un contenido («mamífero doméstico de la familia de los cánidos, de tamaño, forma y pelaje muy diversos, según las razas. Tiene olfato muy fino y es inteligente y muy leal al hombre», definición del Diccionario de la RAE).
Así, recordemos que todo signo lingüístico está constituido, a la vez, en el plano de la forma o expresión, por un significante, y en el plano del contenido, por un significado.
Estos dos planos no se pueden disociar, pero nunca se superponen. El signo «vaca» está formado, en el plano de la expresión, por cuatro fo nemas encadenados [(báka)], y en el plano del contenido, por dos elemen tos de significado, igualmente encadenados: («buey» + «hembra»); pero sería imposible el escribir:
como si existiera una correspondencia entre ambos planos. Solo podremos escribir que:
Hemos comparado él signo lingüístico con un signo matemático y con un signo de juego; esta comparación solo es válida hasta cierto pun to. En efecto, si hacemos matemáticas o si jugamos al ajedrez en Fran cia, en España o en Inglaterra, los signos que hemos descrito conservan la misma forma y el mismo contenido. No ocurre lo mismo con el signo lingüístico: junto con el español «perro», encontramos el francés «chien» y el inglés «dog». No existe ninguna relación necesaria dentro del signo lingüístico entre la forma y el contenido. La relación significado-signi ficante es arbitraria (Saussure la llama también inmotivada); es decir, sin relación natural con la realidad. Esta relación es puramente con vencional en el seno de una comunidad lingüística.
3. Fonemas y monemas. La doble articulación del lenguaje.
Ya hemos indicado que el estructuralismo pretende operar en un «más allá» de la palabra y a otros niveles: aparece, en efecto, que, de una manera general, «la palabra es un complejo de rasgos significati vos» (André MARTINET, Eléments de Linguistique Générale), es decir que agrupa unidades mínimas de significación.
En el texto que examinamos al hablar de la gramática tradicional, por ejemplo, dos tipos de unidades aparecen con claridad: la oración, definida por criterios prosódicos (se reconoce a su melodía y a su aislamiento por dos pausas), y el fonema (el texto no es sino la grafía de un mensaje oral). Es decir, distinguimos la unidad superior de la lengua (la oración) y la unidad inferior (el fonema).
Así nos aparece claramente que en relación con la oración solo pue den existir unidades constituyentes (la oración es el mayor signo posible de la lengua), y en relación al fonema, únicamente unidades constitui das (el fonema es el menor signo de la lengua). Lo que nos falta por des cubrir son las unidades intermedias.
Consideremos el grupo «mis lecciones» /mislekθjónes/.
- Tiene cierta independencia en la medida en que él solo podría constituir una oración:
- «¿Qué estudias? -Mis lecciones.»
- Nos es posible proceder en su interior cambios paradigmáticos:
mis,
mi,
tu,
la, lección (lecciones)
una,
algunas,
Encontramos, pues, en este grupo otras dos unidades: «mis» y «lecciones». Estas dos unidades difieren notablemente:
- Si escribimos: «mis, unas, algunas ..., lecciones», el significado del grupo no cambia radicalmente. Por el contrario, si escribimos: «mis, lecciones, zapatos, trajes ... », el cambio es sustancial.
- Por otra parte, si continuamos sistemáticamente nuestros cam bios paradigmáticos a nivel de «mis», pronto habremos agotado las posibilidades de la lengua. Si lo hacemos a nivel de «lecciones», necesitaríamos horas, e incluso días, para agotar las posibilida des del español.
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