La marrana que arrastra una cadena
Enviado por Shorthy91 • 22 de Enero de 2015 • Informe • 9.069 Palabras (37 Páginas) • 959 Visitas
LA MARRANA QUE ARRASTRA UNA CADENA
(Leyenda de Amado Nervo, municipio de Nombre de Dios, Durango)
Antes aquí fue una hacienda que se llamaba «Juan Guerra». Por mucho tiempo estuvo de a tiro decaída, pero luego el gobierno le dio una manita de gato a la iglesia, pero al casco no y por eso la casa grande de la hacienda sigue toda ruinosa. Aquí veneramos a San Antonio de Padua, pero también al padre Mateo Correa que fue un mártir y ya es santo. Parece que este templo de San Antonio es el templo más antiguo de todo el estado; eso dicen los maestros a los niños en su clase de historia –explica doña Lupita Gutiérrez, quien hace la limpieza y cuida la pequeña iglesia. (Leyenda tomada de un blog de Homero Adame.)
Las gentes de aquí dicen que cuando hay sequía llega la Llorona. También dicen que por la carretera esa de Villa Unión, allá en medio de Amado Nervo y Santa Cruz de Guadalupe, que sale un perro prieto, pero otros también dicen que sale una marrana bien grandota arrastrando una cadena.Eso es en la carretera y dicen que espantan en la noche como a eso de las doce de la noche, por eso la gente mejor no anda por ahí a esas horas y ya mejor están recogidos en sus casas. Son los vagos que andan en la noche a los que han asustado y también a las personas que por alguna razón tienen que pasar por ahí ya tan tarde.
Según una vez platicaron, hace muchos años se aparecía esa misma marrana bien grandota arrastrando una cadena aquí también en uno de los patios de la hacienda. Entonces parece que unos señores escarbaron un pozo y sacaron una relación; desde entonces ya nunca se volvió a saber de esa marrana, o sea que ya no la volvieron a ver aquí. Pero como ahora sale de aquel lado de la carretera, entonces a lo mejor allá hay otra relación. (Leyenda de Homero Adame.)
Ustedes han de saber que antes a los hacendados, como eran dueños de todas estas tierras, les daba por esconder sus riquezas cuando había problemas como de la Revolución o de otras revueltas, y ellos sabían que si escondían el dinero adentro de su propiedad, o sea, adentro de la casa, lo bandidos podían dar con ese dinero, y es por eso que también ordenaban que enterraran los cofres con monedas y joyas en otros rumbos, por ejemplo debajo de un mezquite o algo así. Por ahí hay gente que dice que a lo mejor donde la marrana se aparece es porque allá también debe de haber alguna relación enterrada.
LA PIEDRA QUE ARUÑO EL DIABLO
Al norte del Valle de Cacaria ubicado entre las comunidades de Nicolás Bravo y San José de García, se encuentra el ejido de Nogales que es uno de los asentamientos humanos más antiguos del Estado de Durango. Se caracteriza por un pequeño cerro que existe en ese lugar, algo único y excepcional en virtud a que se formó totalmente aislado del sistema montañoso y lomerío de la región.
La existencia de esa pequeña montaña le dio singularidad al lugar convirtiéndolo en un importante centro ceremonial en la época prehispánica, como lo demuestra la mucha cerámica y objetos de industria lítica que se han localizados en torno al montículo de referencia. También tumbas de enterramiento indígenas con sus respectivas ofrendas se han localizado en el lugar, descubrimientos valiosos que no se han estudiado como se merecen y han sido objeto de saqueo y destrucción. Por la forma y altura que tiene el pequeño cerro, todo hace suponer que fue utilizado como gran pirámide y en la parte alta se levantó un adoratorio donde se rendía culto al sol, la luna y las estrellas.
Son muchas las consejas que se cuentan para explicarla existencia de esa pequeña montaña solitaria, algunos dicen que hace muchos siglos, cuando el agua cubría por completo el Valle de Cacaria, todos los seres que habitaban la inmensa laguna acordaron llevar cada quien una piedra para formar una isla que saliera de la superficie del agua y les permitiera salir a tomar el sol y así se formó el cerro. También se cuenta que en el lugar donde está el cerro, existió el palacio de un gran señor que era el rey de todos los contornos y al sentirse muy poderoso quiso ser más que Dios, por lo que el castillo fue encantado convirtiéndolo en cerro, circunstancia por la que la montañita se encuentre hueca y en su interior existe un tesoro incalculable que algunos le pueden ver solamente el Jueves Santo de cada año a las doce de la noche.
En ese cerro, existe una piedra grande a la que los lugareños denominan La Piedra que Arañó el Diablo. Es una piedra de regular dimensión y en la misma se advierte cinco surcos perfectamente marcados, que el decir de las consejas, son la marca de las uñas de Satanás, cuando le tiro el zarpazo a la comadre adúltera que se encontraba en la roca junto con su compadre a quien ella pretendía enamorar y seducir.
Cuando ella abrazó a su compadre tratando de convencerlo de que cayera en la tentación, dicen que se soltó un fuerte viento con polvo que obscureció al sol, hechos que atemorizaron a la comadre y arrepentida de su mala acción, alabó a Dios tomando en su mano una cruz de oro que colgaba de su cuello y se levantó de la piedra al mismo tiempo que decía: Ave María Purísima, Dios de bondad perdóname y protégeme.
La comadre, alcanzó a mirar como un hombre alto que vestía de color negro, pretendió tomarla de los cabellos y como no lo alcanzó, solamente arañó con las uñas la piedra, dejando la marca del zarpazo marcada para siempre.
Del compadre, nada dicen las consejas y solamente se sabe que la comadre profundamente arrepentida, dedico el resto de su vida a Dios, mandando construir un pequeño jacal en la parte alta del cerrito que por muchos años cumplió la función de capilla.
El tiempo en su avance incontenible que todo lo borra y modifica, hizo que el hombre y recuerdo de la comadre se borrara de la memoria de los lugareños y solamente quedó como mudo testimonio del hecho, la piedra con los araños pintados y en lo alto del cerrito la capillita blanca donde todos los fieles se reúnen los domingos y días de fiesta de guardar a cumplir con los preceptos de la liturgia religiosa.
El pueblo de Nogales, es cabecera del ejido del mismo nombre, se encuentra a cincuenta kilómetros de la ciudad de Durango y la estación del ferrocarril de Tepehuanes que se encuentra a orillas de el pueblo se llama Estación Lucía.
A unos cuantos kilómetros del lugar con dirección del oeste, se encuentran las altas montañas de la Sierra Madre Occidental donde se encuentran las Cuevas del Dorado y Cuevas del Muerto, que al decir de los relatos pueblerinos, fueron madrigueras de bandoleros famosos, quienes dejaron enterrados en esas cuevas tesoros incalculables
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