La máquina de escribir

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CURSO

Lenguaje y comunicación

                    Producto 8

LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PRIMARIA

ALUMNO:

José león uc tuyub

PRIMER SEMESTRE

AGOSTO 2022-ENERO 2023

CONDUCTOR

Bartolo May Puc

CALKINÍ, CAMPECHE, MÉXICO

                                                              SEPTIEMBRE 2022

La máquina de escribir

A leoncito le gustaba mucho visitar a su abuelo, que se llamaba  agripino. El abuelo agripino vivía en una casa grande, un poco alejada de la ciudad, que había habitado desde que era un niño.

Como era una casa tan vieja había muchas cosas interesantes con las que jugar, y leoncito , que era un niño muy curioso, no escatimaba a la hora de invertir tiempo en husmear para poder descubrir cosas interesantes sobre su abuelo que no le hubiera contado ya. Tenía tantas cosas que parecía inventor, así que el papá de leoncito decía que el abuelo era un hombre muy inteligente, aunque a veces era como un científico loco.

Un día, mientras el abuelo se encontraba en la cocina preparando chocolate y café, leoncito  husmeaba en una caja de juguetes viejos. Entonces, muy al fondo, encontró algo que le llamó poderosamente la atención: se veía algo parecido a una máquina de escribir, solo que en vez de letras tenía números y tan solo dos frases: «hacia adelante» y «hacia atrás».

Ensimismado y, con mucha curiosidad, leoncito apretó la tecla que decía «hacia atrás» y tras hacerlo cerró los ojos con mucha fuerza. ¡Qué mareo sintió con el sube y baja que se formó! Y cuando el torbellino cesó y volvió a abrir los ojos, leoncito se encontró que todo estaba distinto. En una habitación pudo ver cómo, ante sus ojos, un niño similar a él se encontraba construyendo algo. ¿Qué sería aquello? Se preguntó leoncito. Al percatarse de su presencia, el otro niño se sobresaltó, dando un grito asustado:

— ¿Quién eres tú y qué haces en mi habitación?

—Pues no sé, dímelo tú —respondió leoncito—, yo estaba en casa de mi abuelo y apreté un botón en una máquina, y después de un torbellino muy raro he aparecido aquí. ¿Sabes algo?

— ¿Una máquina? ¿A qué te refieres? —respondió el niño misterioso intrigado.

—Una máquina como… ¡esa! —Dijo leoncito señalando el aparato en el que el misterioso niño parecía trabajar.

— ¡Ah! ¡Te refieres a mi máquina del tiempo! Entonces… ¡Caramba! ¡Eso significa que funciona!

— ¿Una máquina del tiempo? —Preguntó de nuevo leoncito —, Pero, ¿en qué año estamos? ¿Cuál es tu nombre?

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