La oratoria, arte de la comunicación oral
Enviado por maryorisvmm • 12 de Agosto de 2013 • Ensayo • 622 Palabras (3 Páginas) • 544 Visitas
La oratoria, arte de la comunicación oral
Miércoles, 13 de Julio de 2011 17:12
Herminio Guaya
El arte de la oratoria se expresa por intermedio de la palabra hablada, escrita y mímica, como medio principal para comunicarnos mediante la elocuencia con nuestros semejantes. El propósito de nuestro discurso es informar y convencer al auditorio hacia las tesis y causas de la patria, para alcanzar soluciones a los trascendentales problemas que atañen a la sociedad dialécticamente cambiante.
En la oratoria hay que tomar en cuenta la dicción, la adecuada pronunciación de las palabras, frases y oraciones, que el actor desde una tribuna o un salón de conferencias transmite con claridad su mensaje al auditorio. En repetidas ocasiones hemos escuchado conferencias, siendo el mayor motivo de fracaso la falla en la dicción. En la vida diaria, muchas personas tienen graves problemas en la articulación de las palabras, cuando hablan lo hacen con los labios casi cerrados; por lo mismo al pronunciar una charla, un discurso, una conferencia, hay que pronunciar las palabras abriendo la boca, proyectando la voz, a fin de ganar el interés del público.
La oratoria es el arte de hacer efectiva y eficiente la comunicación entre personas por medio del lenguaje, para este propósito es indispensable conocer con propiedad el significado de las palabras que empleamos en nuestro lenguaje; de esta manera lograremos poseer un buen estilo para comunicarnos con claridad, mediante la elocuencia, con voz impresionante, demostrando que la primera potencia es la palabra y la segunda el silencio; subiendo y bajando los tonos de voz, manejar los silencios para atraer la atención del público y utilizar sinónimos con el objeto de fundamentar conceptos, facilitando de esta forma la comprensión del oyente, que permite atraer la amable atención de la audiencia.
Para ciertas personas aprender a articular las palabras significa un esfuerzo y un entrenamiento. Uno de los ejercicios clásicos aconsejados consiste en habar o leer un texto con un lápiz de través apretando entre los dientes. Sería la versión moderna de la conocida práctica de Demóstenes cuando en una barca se entrenaba frente al mar con pequeñas piedras dentro de la boca, que siendo un tartamudo mediante su praxis permanente se convirtió en uno de los mejores oradores de Grecia y el padre de la oratoria universal. Es valioso utilizar en estos casos una grabadora que certifique después si ha sido clara y nítida nuestra exposición.
La voz autorizada del orador, va acompañada del lenguaje corporal, estimamos que si nuestra palabra debe brotar con naturalidad, nuestro estilo personal, también debe ser natural. Mal haríamos en someter a nuestros gestos a normas aprendidas en manuales especializados. Esto quizá pueda ser útil en una escuela de actores, nunca en
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