Lectura Mecánica
Enviado por YoSoyTico • 19 de Septiembre de 2014 • 1.346 Palabras (6 Páginas) • 1.444 Visitas
LECTURA MECANICA Y AUTOMATICA
Es la lectura que consiste en transformar grafemas en fonemas, lo significa ver los rasgos escritos según un código grafico de fonogramas o de ideogramas y pronunciarlos en forma adecuada. Unos dos centenares de alfabetos gráficos se usan en el mundo para consignar sonidos. En la Historia de la cultura han existi-do muchos centenares más. Los hay con una idea encerrada en cada signo (ideográficos), como son muchos orientales, y los hay con sonido encerrado en cada signo (fonográficos).
El más usual de estos es el fenicio que, con sus 24 fonemas originales, más el mudo [h], los dígrafos [ch], [rr] y [ll] y los especiales [w] y [ñ] constituyen los 30 rasgos que entre fonemas y grafemas se manejan en castellano. El modelo feni-cio abarca las dos terceras partes de todo lo que se escribe y se lee en la huma-nidad. Los otros dos modelos más extendidos son el chino mandarín y el árabe.
El hablar de la lectura implica diferenciar entre lectura mecánica y la lectura comprensiva. La lectura mecánica consiste en traducir, descodificar los signos o grafías y convertir los grafemas en fonemas de forma rápida y correcta. Esto es lo que hace un niño pequeño cuando comienza a unir las consonantes a las vo-cales. Luego pronuncia silabas y las une entre sí para formar palabras. Y termina pronunciado las frases que encuentra escritas por millones en libros, carteles, revistas, periódicos, hojas volantes o incluso murales callejeros.
La lectura mecánica es sólo convertir en sonido lo que es gráfico. Pero es evidente que en sí es insuficiente si no hay comprensión de los que se está pro-nunciado. Un quechua o un aymara pueden leer, incluso con soltura, un texto castellano y sin embargo acaso no lo entienden. Estrictamente no se puede decir que uno lee en alemán o en inglés, si no puede entender lo que va pasando por sus ojos. Por eso siempre, desde que se inicia el aprendizaje de la lectura, se resalta lo importante que es enterarse, entender lo que se está pronunciando.
Se convierte esta lectura mecánica en la conjunción de tres variables, de cuya corrección y armonía dependerá la perfección en lo mecánico
a) La velocidad de pronunciación. Es la rapidez con que se van emitiendo las palabras. Se determina de ordinario por el número de palabras por minuto que cada lector es capaz de pronunciar. Se calcula de manera absoluta cuando se traza un baremo indicativo. O se mide de forma relativa, cuando se buscan modos de conjuntar el ritmo personal con el del grupo al que se pertenece.
b) La seguridad lectora. Es la corrección con la que se van pronunciando las sílabas y las palabras. Se oponen a esa corrección las vacilaciones, los tropie-zos, las repeticiones, de modo que el mal lector constantemente está deteniendo el ritmo o rehaciendo incorrecciones al pronunciar; y el buen lector lee sin nin-guna vacilación, sin ninguna repetición, con plena seguridad en lo que va emi-tiendo.
c) Tonalidad adecuada. Significa que el ritmo, el tono de voz, la pausas, las cadencias y las paradas, se van realizando en conformidad con le texto que se está pronunciando y con los signos no fonéticos (de puntuación) que van indi-cado consignas, pausas, cambios de mensaje o de forma.
El lector excelente es el que sabe dominar estos tres aspectos y puede presen-tarse ante los demás con una lectura rápida y firme, segura y suelta, adecuada y coherente con el contenido. El mal lector es el que no ha logrado dominar su mecánica nerviosa y va a ritmo muy lento, tropieza continuamente y no se adap-ta a los contenidos dando el mismo tono a mensaje de tristeza que a una exalta-ción eufórica.
Es evidente que para leer lo suficientemente bien hay que aprender. Y se aprende sobre todo con el ejercicio, al igual que se aprende a andar, a vestirse, a escribir o dibujar, a tocar un instrumento o a manejar un artilugio. Un vez que
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