Linguistica
Enviado por dariazora • 14 de Mayo de 2013 • 1.538 Palabras (7 Páginas) • 309 Visitas
RESUMEN sobre las aportaciones de la sociolingüística al conocimiento de la lengua.
Pasaré ahora a plantear en qué sentido la sociolingüística nos puede resultar útil y necesaria para nuestra actividad docente.
La sociolingüística nos ofrece una particular mirada que nos permite tener, por una parte, una visión de la sociedad y de la Escuela corno institución y como ámbito social; por otra parte, una visión del individuo y, por lo tanto, del aprendiz y del profesor; por último, nos ofrece una visión de la interacción comunicativa que nos presenta el aula como un escenario comunicativo.
Desde la perspectiva sociolingüística, la sociedad se ve como algo heterogéneo, donde existen grupos diferentes que mantienen entre sí complejas relaciones de poder, solidaridad y dominación. Y también esto es así si nos fijamos en el uso lingüístico, porque este uso es variado. Incluso en las sociedades llamadas «monolingües», existen diferentes variedades —dialectales, de registro o de estilo— que hacen que sea del todo inadecuado tener una visión monolítica de las lenguas y sus usos. En las comunidades en las que se habla más de una lengua, la diversidad es quizá más evidente —pensemos que una lengua puede ser oficial, cooficial o prohibida, y esto le otorga unas posibilidades de uso diferentes—, pero la diversidad es algo innegable en cualquier caso. Entre las diferentes lenguas y/o variedades que se usan en un determinado grupo humano existen también tensiones, sujetas, como dice Bourdieu, a las fuerzas típicas del mercado. Hay variedades consideradas «legítimas» y variedades consideradas «ilegítimas», y unas y otras proporcionan a quienes las usan beneficios diferentes, o ningún beneficio, según cuál sea la variedad y los valores sociales que se le asignan. Por ejemplo, el uso de una variedad que, desde la perspectiva de la dialectología tradicional, se podría calificar de «vulgar» puede ser altamente beneficioso desde el punto de vista de la solidaridad en el interior de un determinado grupo social, pero puede constituir un «estigma» cuando esa misma variedad se usa en un ámbito institucional o público.
Estas reflexiones llevan a plantear que en toda sociedad existe una política lingüística, sea ésta explícita o implícita. Política que sanciona cuál es la variedad considerada «legítima» frente a todas las demás, en mayor o menor grado. Esto, además, genera unas actitudes en los hablantes respecto a los usos, que no son otra cosa que actitudes respecto a los usuarios, a los que se asocian determinadas valoraciones según cómo hablan.
Si miramos ahora la Escuela como una institución social, hemos de convenir en que es parte y reflejo de las tensiones de la sociedad que la ha creado. Evidentemente, no es ni una reproductora exacta de los valores de los grupos dominantes, precisamente porque también en ella se da la diversidad, ni puede ser una institución unificadora, por el mismo motivo. Cada centro escolar se halla inmerso en un entorno determinado, con unas características sociolingüísticas concretas que es necesario conocer y sobre las que hemos de reflexionar con nuestros estudiantes. Además, como apuntábamos hace unas líneas al hablar de la sociedad, la institución escolar, en general, y cada centro, en particular, tiene una política lingüística, esté especificada o no en el proyecto de centro. Tenemos que ser conscientes de que nosotros, como profesores —y no sólo los de Lengua—, somos los agentes de esa política lingüística.
Desde la sociolingüística, el individuo se nos presenta no como un hablante oyente ideal, sino como el usuario concreto de una lengua o unas lenguas, miembro de un grupo —o subgrupo— social y cultural determinado, que pertenece a una clase social, que tiene un status determinado, que puede desempeñar unos papeles determinados, que tiene un bagaje de conocimientos concreto y, de forma muy especial, que posee un repertorio verbal determinado compuesto de todas las variedades que es capaz de usar en su vida cotidiana. Si nos fijamos en la realidad, veremos que no todas las personas coinciden en cuanto a su repertorio verbal, por todo lo que decíamos antes, al plantear la heterogeneidad lingüística en el plano social. Además, los individuos tienen unas actitudes concretas respecto a esas diferentes variedades que se usan en su entorno.
Si ahora pensamos en el aprendiz y en el profesor, desde este punto de vista, parece evidente que hemos de pensar en ellos como personas con unas características socioculturales y sociolingüísticas determinadas. Profesor y estudiantes pueden pertenecer a la misma clase social o no, pertenecen a grupos generacionales diferentes, con todo lo que esto implica en cuanto a un bagaje de conocimientos diferente; tendrán unos repertorios verbales diferentes, al menos parcialmente; tienen unos status diferentes, que les otorga la misma institución escolar: el profesor tiene el status de transmisor de conocimientos y de evaluador, mientras que los
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