Literatura y dictadura: Guillermo Núñez y la codificación de las ideas
Enviado por Javier Diaz Mendez • 6 de Noviembre de 2023 • Ensayo • 1.224 Palabras (5 Páginas) • 49 Visitas
Literatura y dictadura: Guillermo Núñez y la codificación de las ideas
La dictadura en Chile (1973) marcó un período de profundos cambios políticos y sociales que dejaron una huella indeleble en la historia del país. Esta turbulenta época también tuvo un impacto significativo en la escena artística chilena, donde los artistas se vieron enfrentados a desafíos únicos para poder expresar sus ideas y resistir la represión impuesta por el régimen militar. En este contexto, emergió una suerte de lenguaje cifrado que sirvió como herramienta crucial para la comunicación subversiva y la manifestación de la disidencia en el arte.
Es decir, debido a las intervenciones y a la vigilancia constante en las producciones artísticas por parte del mal llamado gobierno de aquél entonces, la escena artística de esos años en Chile se vio en la necesidad de transmitir, de alguna manera, la lúgubre realidad que se estaba viviendo: observándola, registrándola y transformándola de manera tal que el mensaje que se quiera transmitir no sea tan evidente a simple vista.
Sobre lo anterior, Eugenia Brito (1990) señala que los artistas se hicieron del arte con una finalidad social, generando una nueva escena de escritura. Es decir, surge en Chile “un programa literario, que, desde el lenguaje, cifrado y vuelto a cifrar, en su máxima opacidad, desarrolla las claves, tanto literales (formales) como potenciales (metafóricas) para la configuración de un mapa cultural” (p.11).
En este contexto, la obra de Guillermo Núñez se erige como un testimonio elocuente de la manera en que el lenguaje cifrado se gestó y se plasmó en el mundo del arte durante el golpe militar. Su trabajo no solo refleja las tensiones y desafíos que los artistas enfrentaron en ese entonces, sino que también demuestra la creatividad y valentía con la que buscaron sortear las restricciones impuestas por el régimen. Además, cabe destacar que Núñez fue víctima y testigo directo de esta suerte de infierno en la tierra que se materializó en forma de detención, encierro, ceguera y posteriormente, tortura, todo por motivo de una exposición artística. Al respecto, el propio Núñez (1975) recuerda este acontecimiento inentendible señalando que “todo este despliegue guerrero [fue] para detener a una sola persona, sin más armas que sus pinturas y pinceles [y] que vive en soledad en un lugar apartado de Santiago” (p. 29).
Esta detención le costó a Guillermo Núñez cinco meses de ceguera casi permanente, y digo casi porque llegó un momento en que el artista logró ver estando aún inmerso en la oscuridad. Esta experiencia denigrante, este “tormento gratuito, sutil y brutal de presión síquica sólo destinado a deshacer al ser humano” (Núñez, 1975, p. 30), posteriormente -durante los días de libertad condicionada- fue transformándose en dibujos, pinturas, grabados, poesías y formas escultóricas, donde no había títulos insultantes ni mucho menos panfletarios, sino que se trataba sólo de arte hablando, arte siendo arte (p. 31).
Y es precisamente este aspecto el que nos convoca, pues a continuación exploraremos como una obra de Guillermo Núñez, creada posteriormente al suceso mencionado, se convierte en un archivo de símbolos y mensajes encriptados que revelan las complejidades de la vida durante la dictadura y la resistencia del espíritu humano.
Se trata de la pintura El día que llovió en el diluvio, la cual, a simple vista, no pareciese contener ningún tipo de mensaje pues, es como si fuese algún tipo de pintura abstracta propia de la época. En ella se pueden observar tres cuerpos aparentemente con restos de otros cuerpos incrustados, formados por distintas extremidades las cuales no están donde debiesen estar, ejemplo de aquello son las piernas incrustadas donde imaginamos que iría el cráneo. Además, dos de los cuerpos se asemejan -tanto en postura como en composición-, que son los que se ven claramente de pie, mientras que el tercero, por su parte, se ubica algo alejado de los otros y, además, se ve en una postura totalmente disforme. Los dos primeros, tienen una postura que aparenta algún tipo de guardia, o bien, expectación ante el tercer cuerpo. Otro aspecto visible y a considerar es el fondo, plano, oscuro, sin ningún rasgo de algún posible punto de fuga: la nada, el vacío.
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