Los Hijos Del Leñador
Enviado por Portillo1212 • 13 de Junio de 2012 • 2.175 Palabras (9 Páginas) • 737 Visitas
“LOS HIJOS DEL LEÑADOR”
ESTRELLITA
FOLIO: 284301
ESTUDIANTES DE PRIMARIA, TERCER CICLO
Los hijos del leñador
En un bosque muy hermoso de la sierra de Chihuahua, existía una pequeña familia que vivía en las inmediaciones del bosque en una pequeña choza, en donde vivían 3 pequeños niños: Carlos que era el más grande de los tres, muy trabajador y decidido; Juan el mediano, gordito y chaparrito, y Roberto, el pequeño angelito de la familia, de noble corazón y grandes sentimientos. La más grande de sus ilusiones era comprar una casa que se encontraba al entrar al bosque, era una mansión del siglo pasado pero que conservaba intacta su fachada y a las puertas de la entrada un letrero desteñido por el sol en el que decía: “SE BENDE EZTA CASA”. Todos los días iban a cortar leña para venderla en el pueblo, ellos y su papá trabajaban de sol a sol para poderse comprar la casa de sus sueños, querían comprarla porque la casa era de 2 pisos. Con el paso del tiempo y el transcurso de los días ya tenían dinero suficiente para comprar la casa que ellos querían pero no sabían que en esa casa vivían 3 diablitos. Después de que sus papás hicieron el trato de compra-venta con una anciana que muy poco articulaba palabra y por ese motivo no platicaron gran cosa de cómo se encontraba la casa, aparte ellos se encontraban ansiosos de mudarse a su nueva y fabulosa mansión.
Cuando ya estuvieron frente a su nueva propiedad, con un gusto enorme se decidieron a entrar y corretear por lo grandes jardines y explorar las habitaciones. Cuando entraron estaban muy felices, en su primer día se la pasaron muy contentos en su casa nueva; jugaron con todos los juguetes que tenían y cuando llegó la noche se fueron a dormir cada uno a su habitación. Cerca de la media noche cuando ya estaba todo muy silencio, se les apareció un diablito en cada habitación, Juanito que era el que tenía el sueño menos pesado de los tres se despertó y vio a uno de los diablitos, se asustó demasiado y se fue corriendo a la habitación de su hermano mayor. Mientras que su papá y Robertito no se dieron cuenta de nada, por lo que les dijeron a los asustados pequeños que no pasaba nada; los niños se fueron a sus cuartos a dormir.
Al día siguiente se fueron nuevamente a vender leña, a realizar cada una de sus actividades habituales. Cuando la casa estuvo sola los diablitos salieron de su escondite, se reunieron en el sótano y se pusieron de acuerdo para cuando vinieran los niños. Dijeron que los iban asustar para que se fueran de su casa, que harían todo lo posible e imposible para que la familia abandonara la casa y quedarse sólo ellos, como desde siempre, desde el día en que Juan su anterior dueño no cumplió su pacto de leñador al vender su alma al mismísimo diablo.
Cuando regresaron de vender leña entraron a sus cuartos y encontraron su ropa tirada por todas partes, cambiada, en diferentes cuartos. Cuando se decidieron a poner todo en su lugar y volver a poner orden, empezaron a recoger y se hallaron sangre en algunas de las ropas, como si alguien la hubiera usado. Los niños salieron gritando hacia al bosque donde estaba su papá y le dijeron lo que habían visto, el padre preocupado por lo asustado que se encontraban Robertito, Carlos y Juanito decidió acompañarlos inmediatamente a la casa para ver lo que estaba sucediendo. Pero, oh sorpresa, fueron y no había nada, todo estaba en orden tal y como ellos lo habían dejado por la mañana cuando salieron al bosque a trabajar. Así que el papá mandó a los niños de nuevo a recoger leña, que regresaran al bosque para él quedarse solo en la casona, el padre se quedó a revisar a ver si era cierto lo que decían los niños y cerciorarse de lo que le habían dicho. Pero los diablillos habían seguido a los niños y de pronto se les aparecieron, los agarraron y los arrastraron hasta llegar a un lugar oculto y oscuro, el papá ya estaba preocupado porque no llegaban, así que fue a buscar a sus hijos al bosque. Al no encontrarlos se fijó en la tierra, ahí estaban sus huellas, pero iban hacía una cueva obscura, el papá fue abajo, hasta donde llegaban las huellas de los niños y los vio con el diablo, entonces el padre llamó a sus hijos y lograron escapar, los niños muy asustados corrieron a abrazarlo.
Partieron para su casa y al llegar nuevamente encontraron todo desordenado, los tres diablitos habían estado ahí, mientras el padre buscaba a sus hijos. Pasó otra noche, los niños ya no querían vivir en esa casa, entonces el padre decidió vender la casa para irse de nuevo a vivir a su choza en medio del bosque. Los niños todos los días pasaban junto a la casa para ir a vender leña, entonces descubrieron que los nuevos dueños estaban muertos, así que junto con su padre los llevaron al panteón y los enterraron, se quedaron a vigilar la mansión para ver qué era lo que estaba sucediendo pero los diablitos se fueron a su casa del bosque para batirla. Al día siguiente que regresaron vieron toda la casa tirada entonces se pusieron a recoger. Carlos, el más grande de los tres niños, cansado de la situación, se armó de valor y fue a buscar al diablo a la cueva debajo de la tierra y le dijo: ¡deja en paz a mi familia!, el diablo se soltó riendo a carcajadas y se apodero de él y le ordenó que matara a su hermano el menor. Cuando regresó a casa le preguntaron “¿a dónde fuiste?” El niño le dijo, “a dar una vuelta por el bosque”. Llegó la noche y todos se fueron a dormir y a la media noche el niño se levantó para cumplir las órdenes del diablo, tomó un cuchillo en sus manos y entró a la habitación de Juanito su hermano menor, pero no podía matar a su propio hermano y se volvió a acostar. En la madrugada se levantó para ir al baño, su hermanito lo escuchó y también se levantó para acompañarlo. Ya de mañana cuando salieron vieron a un enorme lobo negro que parecía tener lumbre en sus ojos y asustados corrieron lo más recio que pudieron, el lobo los seguía muy de cerca, había sido enviado por el diablo para que raptara a los niños y se los llevara, pero
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