Los Zapatos Locos

Cuando Gabriel se compró esos hermosos zapatos, nunca se imaginó que iba a tener un problema. Parece que el nombre de la zapatería tenía bastante que ver con el tipo de mercadería que vendía ya que se llamaba “El zapato loco”, pero él no sospechó.

Se los compró el lunes y los estrenó el martes. Apenas se los puso se dio cuenta de que no andaban bien. El zapato del pie derecho daba un paso para adelante pero… ¡el zapato del pie izquierdo daba un paso para atrás!

— ¡Que barbaridad! — se dijo Gabriel— Así no voy a ninguna parte.

Levantando el pie izquierdo dio tres saltitos para adelante pero cuando levantó el pie derecho y quiso saltar dio tres saltitos para atrás.

Se sacó los zapatos los puso en la caja y se fue a la zapatería a reclamar.

El zapatero se disculpó y le explicó que, de vez en cuando, el duende de los zapatos que vive en la zapatería y le encanta hacer bromas, se mete en algún zapato.

El zapatero le preguntó a Gabriel en que zapato tenía el problema

—En el izquierdo —dijo Gabriel. — El derecho anda bien, va para adelante pero el izquierdo va para atrás.

El zapatero cogió el zapato del pie izquierdo, lo sacudió un poquito y le indicó a Gabriel que se pusiera los zapatos a ver que pasaba. Él se los puso y dio un paso para adelante con el pie derecho y después con el pie izquierdo. Todo estaba bien, los dos zapatos caminaban para adelante.

Gabriel saludó al zapatero se despidió del duende de los zapatos aunque no pudo verlo y se fue con los zapatos puestos.

Cuando vayas a comprarte zapatos probatelos bien, camina un poquito por la zapatería y fijate que los dos caminen para adelante. Nunca se sabe cuando el duende de los zapatos quiere hacer una broma.

FIN

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