Los secretos de una gran charla

Los secretos de una gran charla

En el artículo “How to Give a Killer Presentation” (Cómo dar una gran presentación), Chris Anderson, periodista y emprendedor británico de 59 años, nacido en Pakistán, quien desde 2001 es dueño y anfitrión de las TED Talks, comparte al lector una guía de consejos para dar una charla de gran alcance e impacto. El propósito de Anderson con este texto, rico en anécdotas, es persuadir al lector sobre lo que funciona y aquello que entorpece una presentación ante el público, tratando temas como la conceptualización de la historia, la planeación de la plática, el desarrollo de la presencia en el escenario, la planeación de los elementos visuales y los ensayos previos a la charla.

Este tema resulta de gran utilidad para todo aquél que lea el artículo pues el hablar en público es más que simplemente decir cosas frente a un grupo de oyentes; dar una presentación tiene que ver con llegar a las personas, saber transmitir las ideas al público y que este crea en ellas y las absorba. Las recomendaciones que el autor maneja pueden ser aplicadas en cualquier situación, desde una exposición en clase, una presentación para un grupo de inversionistas hasta para preparar una charla digna de ser escuchada en el evento anual TED.  

Para Anderson, lo primero es tener claro lo que se quiere contar y debido a que el ser humano siente una fascinación por escuchar historias; planear la charla como un viaje que apele a cambiar la perspectiva del público, puede ser de gran ayuda para el éxito de una presentación. Los mejores expositores hacen un trabajo soberbio al introducir rápidamente el tema, explicar por qué es importante para ellos y convencer a los demás miembros de la audiencia de que también a ellos debería importarles (Anderson, 2013).

Después, el autor explica que la mejor manera de realizar una presentación es de memoria; se puede leer la información o desarrollarla a partir de palabras clave, pero es muy probable que la audiencia pierda el interés o sienta plana la plática. Anderson afirma que al ensayar múltiples veces hasta tener dominada la charla palabra por palabra puede definir el éxito de una presentación.

Sobre la presencia en el escenario, Anderson afirma que es mejor no tener demasiado movimiento si este no se da de manera natural y que el contacto visual con el público resulta determinante para lograr una conexión con la audiencia (Anderson, 2013). Los nervios son normales y para el autor lo único que se puede hacer al respecto es respirar.

El uso de recursos multimedia es bien visto por el autor, pero debe ser usado cuidadosamente; se puede prescindir de él a menos que este aporte un valor sustancial a la plática. Finalmente, el autor está convencido de que entre más se practique la charla, a solas y frente a un público, mejor será el resultado de la presentación final.

La postura de Anderson a lo largo del artículo tiene que ver con presentar los elementos que hacen de una presentación un éxito, dejando en claro que todo recae en la calidad de la idea, la narrativa que se utilice y la pasión del expositor sobre el tema. Para el autor, el desempeño tiene que ver más con el entusiasmo y la sustancia de la charla que la forma de hablar y los recursos audiovisuales utilizados.  

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