Los textos de estudio: Textos expositivos-explicativos.
Enviado por Emiliano Argañaraz • 27 de Febrero de 2018 • Informe • 3.153 Palabras (13 Páginas) • 256 Visitas
Comprensión y producción de textos- TSDS
1°A y 1° B
Los textos de estudio: Textos expositivos-explicativos.
“Leer es un trabajo de lenguaje”
R. Barthes S/Z
A-INTRODUCCIÓN
Desde el punto de vista psicolingüístico, la lectura y escritura se consideran como un medio de aprendizaje, es decir como un medio para aumentar y mejorar el bagaje de conocimientos generales y específicos de cada individuo. Se considera que al enseñar a comprender textos escritos se está enseñando a pensar. La comprensión es concebida como un proceso activo de construcción de significados por parte del lector. “El proceso de construcción de significados (mediante el lenguaje) es crítico para el desarrollo de las operaciones cognitivas, ya que cuando se lee y se escribe, se piensa. Y cuando se piensa, se desarrolla la habilidad crítica del sujeto y su capacidad intelectual, se afianza y alcanza un desarrollo elevado dentro de su comunidad” (Vigotsky, 1978).
De acuerdo con este enfoque se intentan aplicar en el aula mejores estrategias de enseñanza-aprendizaje para favorecer que los alumnos lean comprensivamente, es decir, que ejerciten el razonamiento, y puedan realizar operaciones de generalización, análisis, síntesis y abstracción. En síntesis, los enfoques para abordar la enseñanza de la lectura y escritura son dos: la posición que predominó entre las décadas del 60 al 80, concebía la comprensión lectora como un mero proceso de transferencia de significados de un texto escrito por un autor (activo) a la mente del lector (pasivo). El lector ideal, por lo tanto, era considerado desde un rol pasivo, dado que la comprensión era entendida como el acto de decodificar, traducir y llevar a la memoria el contenido, supuestamente explícito, que está en el texto. Para evaluar la comprensión de un texto se priorizaba la reproducción literal de la información, el reconocimiento y la utilización de determinados patrones sintácticos, etc. Desde esta perspectiva, la escritura se entendía como una habilidad divergente de la comprensión. Para medir la producción, se focalizaban mayoritariamente aspectos formales y de superficie (tales como la ortografía, la puntuación, el uso adecuado del léxico, la diversidad de patrones sintácticos oracionales, etc.) más que de contenido y organización textual. El escritor ideal aparecía como un generador de ideas surgidas de su conocimiento previo, que llegaban a plasmarse en un producto final sobre la hoja de papel, sin que mediaran reflexivamente las actividades de planificación temática, de adecuación contextual, entre otras. No se hacía hincapié en los objetivos de la producción, los contextos de escritura, los destinatarios involucrados, los antecedentes previos sobre el tema, etc. La otra posición, que surge a partir de los 80, considera la lectura como un proceso en el que interactúan el autor, el texto y el lector. Así, desde esta óptica, la lectura es concebida como la construcción del significado de un texto, realizada mediante el uso que el lector hace de los elementos gráficos y fónicos, sintácticos, semánticos y contextuales del texto. La comprensión lectora, en consecuencia, es el resultado de una interacción continua entre el texto y el lector, quien aporta intencionalmente sus conocimientos previos y sus capacidades de razonamiento inferencial para elaborar una interpretación coherente del contenido.
En la actualidad, son numerosos los estudios que hacen hincapié en la interrelación entre la lectura y la escritura. Ambos procesos tienen aspectos comunes que permiten ahorro de energía en el sistema cognitivo del lector/ escritor, por ejemplo, la activación de los conocimientos previos, la evaluación de lo construido o interpretado (Quiere, 1983). Además, en los dos procesos se identifican tres operaciones centrales que el lector y el escritor efectúan a partir del texto: organización, selección y conexión. Así, el lector/escritor organiza el significado textual, selecciona el contenido y conecta los contenidos activados por el texto mismo con el conocimiento previo, generado a partir de informaciones adquiridas anteriormente (Spivey: 1990).
Por otro lado, hay quienes sostienen que el aprendizaje de la lectura y escritura son habilidades que se van desarrollando a través del tiempo, por lo que es necesario continuar su enseñanza durante todos los ciclos del sistema educativo, más allá de su tratamiento central en la educación básica inicial.
B-LOS TEXTOS EXPOSITIVO/EXPLICATIVOS.
1- Caracterización de los textos expositivo-explicativos
Entre la amplia gama de tipos textuales que circulan, se denomina “texto de estudio” a las clases textuales a través de las cuales podemos acceder a diversas áreas del conocimiento. Desde el punto de vista de las tipologías textuales, o sea, los conjuntos de unidades textuales con rasgos lingüísticos y discursivos comunes, se observa que los nombres de texto informativo, texto expositivo y texto explicativo alternan con frecuencia. Con estos términos se hace referencia a una misma categoría textual: el tipo de texto que presenta distintas formas de transmitir contenidos, es decir, textos en los que se expone una información para explicar teorías, fenómenos, predicciones, etc.
Los textos expositivos- explicativos constituyen el principal medio por el cual el alumno adquiere la información escolar en diferentes materias. Además, son textos que contienen pistas para que los lectores, en igualdad de condiciones con respecto a sus conocimientos previos sobre el tema que tratan, puedan alcanzar una comprensión de los mismos muy similar.
A continuación se detallan los distintos criterios que nos permiten delimitar estos textos.
a-Criterio funcional: ¿Para qué sirven los textos expositivo-explicativos?
Cumplen las siguientes funciones: informativa, explicativa y directiva.
*La función informativa consiste en presentar al lector información sobre teorías, predicciones, fenómenos, hechos, fechas, etc. Además de la información, estos textos incorporan explicaciones acerca de las causas, consecuencias y modalidades, las entidades, fenómenos, hechos, etc. que exponen. Asimismo son directivos, pues incluyen pistas explícitas – introducciones, títulos, subtítulos, resúmenes – que guían a los lectores para extraer las ideas más importantes y los fundamentos que las sustentan.
También Objetivos: Descubrir, dentro del contexto discursivo conocido por los alumnos, los rasgos propios de los textos de estudio a fin de que los jóvenes puedan revisar y reflexionar las prácticas de lectura de este tipo textual. Se usan, como guía, otros recursos que permiten resaltar conceptualizaciones, enfoques, clasificaciones, tales como tipos de letras (negrita, cursiva), subrayados, comillas, entre otros.
b) Criterio contextual: ¿En qué tipo de contexto se usan? Según el marco institucional, los canales textuales, los participantes y los roles sociales que están involucrados en la producción y recepción de este tipo discursivo, el texto expositivo/explicativo aparece como texto de divulgación científica, con la escuela como marco institucional de circulación habitual y con un destinatario: el alumno. Destacamos que este tipo discursivo no es el informe o ensayo que el investigador elabora para exponer y explicar su teoría, sino que el autor la presenta a través de varios filtros, por ejemplo, revistas científicas especializadas, enciclopedias generales y específicas, diarios, el texto escolar, CD-ROM, etc. Se presenta así el conocimiento científico recortado, con un propósito pedagógico, y los autores aparecen como mediadores entre el enunciador – el científico – y el lector escolarizado.
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