Martin Prieto. La gauchesca

Martín Prieto, capítulo uno.

La fundación de la poesía gauchesca.

Martín Prieto plantea, en el capítulo uno, que el germen de la poesía gauchesca se vuelve nítido en los “Diálogos patrióticos” de Hidalgo, un diálogo entre Jacinto Chano y Ramón Contreras, cuyo contexto de estos es realista e histórico.

A partir de ello manifiesta que, los poetas gauchescos que preceden a Hidalgo, desde Ascasubi a Hernández, toman del primero no solo su entonación, su vocabulario y la elección de un público no urbano e iletrado, sino, como señalan Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, también toman algunos de sus motivos esenciales como el diálogo entres paisanos, el ambiente y la perplejidad del gaucho en la ciudad. 

Es en los diálogos patrióticos en donde puede decirse que nace una literatura original y sincrónica con la revolución política. 

En el primer diálogo patriótico, es Chano quien se pregunta por las ganancias obtenidas en diez años de “revolución”. Para este personaje, el problema radica en la aplicación desigual de las leyes, y en esa desigualdad siempre se beneficia el “señoron”. La distinción entre unos y otros es económica, pero es sobre todo social y política. 

En esta obra de Hidalgo, se torna verosímil el contrapunto entre los dos personajes a partir de un encuentro provocado, o casual, entre los protagonistas. La conversación versa primero sobre caballos, el mate, para luego pasar a las novedades políticas. En cambio, en el tercer diálogo, la relación es de realismo costumbrista e inaugura la serie temática del gaucho en la ciudad. Entonces, Prieto plantea que, formalmente, Hidalgo introduce casi todos los recursos que, después, formarán parte del instrumental de los poetas gauchescos argentinos. 

Asimismo, dicho autor expone que todas estas características no convierten a Hidalgo en un precursor que contiene a sus sucesores, pero tampoco es, como señalan Borges y Bioy Casares, un raro inventor al que “definen y mejoran” sus descendientes. Al contrario, plantea Prieto, tiene rasgos diferenciales en cantidad, los cuales, lo distancian de todos sus contemporáneos y convierten su pequeña obra en el primer clásico de la literatura rioplatense. Sus versos mantienen la gracia, la elegancia en la denuncia y el enorme poder de interpelación que entusiasmó a sus letrados lectores del momento. 

La Refalosa, de Hilario Ascasubi

Por una parte, Prieto expone que lo más destacado de Ascasubi en su impactante incursión en un realismo agudizado que tiene su nota más alta en “La Refalosa” y en “Isidora la federala y mashorquera” 

En La Refalosa, el autor invierte la voz de sus personajes y quien habla es un mashorquero y degollador que amenaza al gaucho unitario Jacinto Cielo con someterlo a “refalosa”, es decir, resbalar en su propia sangre. Entonces, por el tono y por el tema, Martín expone que “Isidora la federala y mashorquera” puede ser la continuación de La Refalosa.

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