Mascaras Mexicanas

MÁSCARAS MEXICANAS

“Según Octavio Paz, las máscaras mexicanas son versiones de la soledad, metaforizada en los conceptos de lo abierto y lo cerrado.”

Ahora, ¿realmente nos escondemos tras de antifaces, mascaras o caretas? A través del tiempo, en nuestras vivencias, las relaciones que generamos con otras personas, de amistad, de pareja y las desdichas por los que a veces atravesamos, engaños, traición, desamor, mentiras, van haciendo que nos convirtamos de una manera indirecta, cerrados; asociado a esto, la vida que cada uno lleva, a veces sobrada de rutina, con la repetición de imágenes las cuales se tornan comunes, al grado de llegar al automatismo puro, cada movimiento nuestro, ya es autómata, tanto que se vuelve fácil adivinarlo, por ende cada vez mas vamos careciendo de sensibilidad ante los estímulos del mundo que nos rodea.

Máscaras mexicanas es una crítica, una reflexión cultural mexicana que aparece como una necesidad, un instrumento de la búsqueda de la identidad de nuestra cultura y una justificación del porque sobre nuestro comportamiento ante la vida.

“Por obra del sufrimiento, las mujeres se vuelven como los hombres: invulnerables, impasibles y estoicas”…

El mexicano establece una muralla entre la realidad y su persona, en donde nunca debe de demostrar y hacer visible sus sentimientos a los demás. El mexicano usa máscaras para proteger su intimidad, no le interesa la ajena y por lo tanto, el círculo de la soledad se vuelve a cerrar., el poeta reflexiona sobre el poder que la palabra misma ejerce sobre el mexicano.

Con la mentira, solamente nos engañamos a nosotros mismos, sin embargo creemos que engañamos a los demás. Las máscaras del mexicano, sus mentiras, reflejan sus carencias, de lo que fuimos y queremos ser. Los que simulan, son personas que pretenden ser lo que no son y a cada minuto deben rehacer su imagen, modificar el personaje que fingen ser hasta llegar al momento en que la realidad y la mentira se confunden. Toda esa ficción que a diario se tiene que rehacer, el mexicano será una parte inseparable de él ya que se ha establecido una complicidad entre él y su personaje, por lo tanto la mentira está instalado en su ser. El que disimula por otra parte no representa sino que quiere pasar de desapercibido hacerse el invisible sin renunciar a su ser. El mexicano teme a las apariencias por eso es que disimula su existir.

Todo el tiempo la vida está llena de sorpresas que no cuestionamos, a todo decimos “sí” de forma autómata, debemos de ser menos borregos, y quizás así nos podremos despojar de nuestras máscaras, dejaremos de simular, de actuar, de ser “ninguno” de ser un Don nadie, y así y sólo así, nos mostraremos más puros, perderemos el miedo a abrirnos, perderemos el pudor a la desnudez de nuestro cuerpo, de nuestra alma, de nuestro corazón.

“Como mujer perderé la sumisión, como hombre dejaré

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