Memoria: El chorrito que nos unió
Enviado por Berlisse López • 26 de Noviembre de 2018 • Ensayo • 434 Palabras (2 Páginas) • 135 Visitas
El chorrito que nos unió
Fue una vecina quien lo descubrió. En el ocio nuestro de todos los días después de María las calles de la urbanización se habían convertido en centro de reuniones. Ella, como de costumbre, se sentó en la orilla de la acera por donde bajaba el fino hilo de agua y mientras daba jarabe pico con otra vecina con un vaso llenó un cubo entero.
-¡Muchacha, con esto yo bajo el inodoro y limpio! – dijo ella entre carcajadas.
¿Cómo no lo habíamos pensado antes? ¡Qué magnífica idea! Era un ojo de agua que salía de la montaña limpia, cristalina, hermosa… Por los siglos de los siglos bajó cuesta abajo ese chorrito de agua por el tubo que colocó quién sabe quién para desviarlo hacia la acera. Nadie le había prestado ninguna importancia antes. Ese día todo fue diferente.
Se corrió la voz como la pólvora. No hizo falta un mensaje de texto. Mensajeros de pies pequeños y veloces pregonaron por las pocas casas de la urbanización el maravilloso hallazgo: ¡Agua! ¡Encontraron agua! En un santiamén llegaron unos cuantos vecinos a ver el descubrimiento. Agua. Teníamos agua.
Cada día el chorrito era mejorado. Un vecino muy diestro agregó unos cuantos tubos con la precisión tal que los cubos caían a la perfección. Se añadió una pequeña tabla para colocar los galones. Los vecinos traían sillas para hacer más cómoda la tertulia entre galones. Una sombrilla de playa colocó otro de los vecinos para amilanar el efecto del sol en los cuerpos ya tostados. Visitar el chorrito se volvió en un nuevo quehacer que disfrutábamos hacer en compañía de otros vecinos.
-¿Que esa nena es tuya? ¡Yo ni sabía que tenías otra nena!- me dijo una de mis vecinas de siempre.
-Ya tiene seis años.- le contesté.
-¡Cómo pasa el tiempo y ustedes se ponen viejos! Este año se cumplieron 26 años de que a tú papá y a nosotros nos dieron las llaves de las casas.- Continuó mi vecina y a eso le siguieron unas cuantas anécdotas.
En ese momento me di cuenta que hacía más de seis años que no hablaba con aquella mujer que me había visto crecer. Apenas me limitaba a saludarla con la mano desde el carro cuando bajaba la cuesta a casa. ¡Rayos! Había olvidado lo graciosa que era. Cómo son las cosas… Después de tanto tiempo viene a ser ese chorrito lo que nos une.
Berlisse D. López Miranda
Puertorriqueña
Toa Alta
berlissedlopez@gmail.com
# lic: 4537622
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